Según publica hoy el diario La Nación, de Buenos Aires, el piloto Matías Miret, uno de los tres argentinos detenidos en Barcelona por este caso, admite en sus comunicaciones telefónicas desde la cárcel que "la droga fue cargada en Argentina" y que "estaba oculta en el avión" de la empresa Medical Jet.
El periódico cita como fuentes a allegados de Miret, detenido en España junto con los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, arrestados el pasado 2 de enero cuando el avión aterrizó en el aeropuerto El Prat, en Barcelona.
La aeronave partió el 1 de enero del aeródromo de la localidad bonaerense de Morón y de allí fue trasladada al aeropuerto internacional de Ezeiza, a las afueras de Buenos Aires, desde donde despegó rumbo a Barcelona, con una escala en Cabo Verde.
"La droga estaba oculta en el avión. No se embarcó en la Isla de Sal, en Cabo Verde, como se dijo. Esa fue una escala para cargar combustible", sostuvo Miret, según indicaron a La Nación sus allegados, quienes aseguraron que el piloto desconocía la operación de narcotráfico y sólo había sido contratado por los hermanos Juliá para comandar el avión.
El juez Alejandro Catania, a cargo de la causa en Argentina, citó para hoy al jefe del aeródromo de Morón, Ricardo Palazón, para que declare con el objetivo de determinar si la droga fue cargada en ese lugar.
Eduardo y Gustavo Juliá son hijos del fallecido brigadier retirado José Juliá, quien fue jefe de la Fuerza Aérea Argentina durante el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999), mientras que Gastón Miret es hijo del brigadier José Miret, que fue secretario de Planeamiento durante la última dictadura argentina (1976-1983).
Gustavo Juliá afrontó denuncias en 2003 por presuntas irregularidades en su función como gerente económico-financiero del Pami, la obra social estatal que presta servicios médicos a los jubilados.
La Justicia argentina también investiga el nexo de narcotraficantes mexicanos con los detenidos, según fuentes judiciales.