Cualquiera de estos títulos resume en estas viejas casonas y palacios de la villa de Trujillo salieron numerosos hombres y mujeres, y unos encontraron la fama enterrados en solares eclesiásticos y otros encontraron la muerte y fueron enterrados en tumba abierta por toda la geografía hispanoamericana.
Sobre el cerro granítico de su berrocal decía el Conde de Canilleros, don Miguel Muñoz de San Pedro que Trujillo pone en el abierto paisaje de anchas perspectivas, la riecidumbre y la gallardía de su silueta guerrera, recortando sobre el cielo, murallas y torres, con la más destacada de Santa María. Desde que se divisa a lo lejos comienza a sentir el viajero la emoción, callarse ante unos más grandiosos solares históricos.
Trujillo, se ha escrito, es un compendio de arte, de historia y señorío. Su nombre cruzó los mares y fue reencarnado en el Trujillo de Honduras que fundara Francisco de las Casas, partícipe en la conquista de México; para qué el gran Francisco Pizarro levantase otro Trujillo en el Perú y Diego García de paredes, hijo del Sansón extremeño, diesel nombre de Trujillo a una ciudad fundada en Venezuela.
Trujillo se reconquista a los árabes el 25 enero de 1233 por las tropas de Fernando III El santo con la intercesión sobrenatural de la virgen, por eso la Patrona es la Virgen de la Victoria, que se apareció a los afortunados trujillanos dándoles el triunfo en la batalla. Este histórico suceso quedó grabado para siempre en el escudo de la ciudad, en el que aparece la Virgen con el Niño en brazos sobre las almenas del castillo y rodeada de dos torres gemelas.
Esa riecidumbre de Trujillo es fortaleza y señorío, alma que no se rinde, ante los avatares de los siglos y su decadencia en el corazón del siglo XXI, se registra también que la imagen de su Patrona, que no fue tallada sobre rica madera, sino arrancada de una de las piedras del berrocal de Trujillo. Y como signo del hecho sobrenatural, una de las puertas de la muralla se la ha llamado siempre el arco del triunfo porque por ella entró el ejército cristiano que reconquistó definitivamente la villa.
Juan II la dará el título de ciudad, en una época en la que al igual que en Cáceres, los linajes luchaban entre sí: Altamiranos, Añascos y Bejaranos, nobles que hoy duermen el sueño de la paz en la iglesia de Santa María la mayor. La villa hecha ciudad luchó a favor de Isabel la católica y en contra de la Beltraneja por ello vino a posesionarse la reina Isabel en el año 1477 y en Trujillo firmó la paz con Portugal y Francia, a los pies de la monumental Torre del Alfiler y con sus escudos de los Reyes Católicos, se levantó a la entrada de la histórica ciudad, el rollo o picota de jurisdicción, aunque fuera concedido el título por su padre Juan II, años atrás.
Trujillo fue grandioso y lo es en su recuerde su historia. No fue la conquista del imperio inca por uno de sus preclaros hijos o la obra descubridora del Amazonas por Francisco de Orellana, ya que como escritos tan la historia, por toda América, sin excepción, destacando sus hijos.
Las puertas de la muralla, la de Santiago entre el palacio de Luis de Chaves y la románica iglesia de Santiago. La bellísima iglesia de Santa María, sepulcro de linajes trujillano de origen cisterciense con el hermoso retablo procedente de la escuela de Fernando Gallego el palacio de los Orellana Pizarro con su patio plateresco, lugar en el que terminó su “Trabajo de Persiles y Segismunda” don Miguel de Cervantes. El antiguo Alcázar, cuyas torres luego se agregaron al palacio de los Bejarano. La airosa Torre del Alfiler, la casa de la Cadena que albergó a Felipe II en su estancia en Trujillo; el Alcazarejo y el palacio de los marqueses de Santa Marta, entre otros y la plaza mayor preside la estatua cueste de Pizarro, obra del escultor norteamericano Carlos Rumsey, donando su esposa María Harriman una Trujillo y otro igual a Lima, capital del Perú.
Mucho nos ha quedado aún por reseñar, como el convento de la merced donde estuvo Tirso de Molina o las magníficas iglesias de San Francisco y San Martín de Tours, que albergan piezas muebles de gran riqueza artística.
Trujillo, en lo alto de un cerro, llama y grita, al que pasa cerca de él. Es como una bandera llena de historia desplegada al viento.
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Fuente foto: https://trujilloteespera.com/descubrir/monumentos-de-trujillo/palacio-luis-chaves/