Según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), 14 millones de personas más que en la actualidad vivirían sin seguro médico en 2018, y 24 millones más en 2026.
"Los investigadores quedaron sorprendidos por estas elevadas estimaciones", dijo a la AFP Colleen Carey, profesora de economía y experta en sistemas de salud de la Universidad de Cornell.
►Los asalariados
Alrededor de la mitad de los estadounidenses tienen una cobertura de salud a través de sus empresas, a menudo a un precio razonable. El proyecto republicano en principio no los afectará, a pesar de que la CBO prevé que un cierto número de empleadores podrían verse incitados a no ofrecer más seguros de salud a sus asalariados.
►Los mayores de 65 años
Las personas de más de 65 años son el otro gran grupo social protegido por la reforma. Gozan desde 1960 de una cobertura de enfermedad pública, Medicare. La reforma republicana no modifica ese estado.
►Los pobres
La categoría más afectada por la reforma son los beneficiarios del programa de cobertura pública Medicaid, creado en los años 1960 y ampliado en 2010 por la reforma de Barack Obama. En diciembre, Medicaid cubría a 69 millones de estadounidenses.
Medicaid ha cubierto históricamente a los niños pobres y a sus padres, en condiciones diferentes según los estados, pero la llamada "Obamacare" extendió la cobertura a los adultos que ganaban hasta el 138% del umbral de pobreza (el nivel de pobreza se establece en 12.060 dólares anuales por una persona sola).
El proyecto de reforma republicano rectifica a partir del año 2020 esa ampliación realizada por la administración Obama, y privará así a muchos trabajadores pobres de su seguro médico. Pondrá un techo a las ayudas federales a los estados, que coadministran Medicaid y podrían verse obligados a reducir los criterios que permiten el acceso a la atención sanitaria.
La CBO estima que de las 24 millones de personas que en 2026 habrán perdido su seguro de salud, 14 millones serían beneficiarios de Medicaid.
►Los asegurados individualmente
La cobertura de salud de los estadounidenses que no tienen seguro de sus empleadores ni de Medicaid ni de Medicare, es el eterno problema del sistema de salud de Estados Unidos: "hoy son unos cincuenta millones", según Colleen Carey.
Algunos tienen un empleo de medio horario o trabajan para una pequeña empresa que no suministra seguros de salud. O bien son trabajadores independientes, profesionales por cuenta propia o pequeños emprendedores.
La reforma de Obama había dispuesto ayudas para esas personas que buscaban cobertura en el mercado de la salud. Esas ayudas, bajo la forma de créditos impositivos, privilegiaban a quienes tenían bajos ingresos: permitían establecer un monto máximo a pagar por la cobertura de enfermedad equivalente a un porcentaje razonable de los ingresos.
La reforma republicana mantiene el principio de los créditos impositivos, pero reduce sensiblemente los montos. Paralelamente autoriza a los aseguradores privados a modificar más las primas del seguro en función de la edad.
En promedio, esas primas se reducirían 10% respecto a la llamada Obamacare, según la CBO.
Pero esas cifras ocultan fuertes disparidades. El efecto más negativo es para las personas de más edad, sobre todo en las zonas rurales, donde la salud cuesta más cara que en las ciudades.
Por ejemplo, una persona sola de 64 años que gana 26.500 dólares al año, pagará en 2026 de su bolsillo 14.600 dólares por año, contra 1.700 dólares en la actualidad. A la inversa, una persona de 21 años pagará menos.
"Lo peor sería ser una persona de 50 años en una zona rural, y de bajos ingresos", concluye la economista Colleen Carey. "Lo mejor será ser joven, en una ciudad y tener, por ejemplo, 70.000 dólares al año".