"La dos estructuras son unas cámaras que tienen lajas de piedras planas como sellos y consolidados con una torta de barro para evitar que se suelten", dijo la arqueóloga supervisora del Ministerio peruano de Cultura, Cecilia Camargo, citada por el diario.
De acuerdo con la investigadora, por la forma en que fueron enterradas -en posición fetal y cubiertas con textiles- se puede determinar que tendrían aproximadamente unos 600 años de antigüedad y que pertenecerían al periodo intermedio tardío.
Junto a los restos humanos también se encontraron huesos de tres camélidos, que los estudios determinarán si son llamas, vicuñas, alpacas o guanacos.
El hallazgo lo realizó una empresa cuando sus trabajadores hacían labores de instalación de tuberías, a inicios de marzo en el distrito de Chilca (sur), en la provincia de Cañete.
Según el grupo de arqueólogos que investiga los restos, es probable que los antiguos pobladores utilizaran esa vía para dirigirse más al sur y que se quedaran en las aldeas cercanas al mar durante un tiempo.
Camargo señaló que los fardos funerarios corrieron el riesgo de ser destruidos debido al mal estado de las antiguas tuberías de agua y al cableado de electricidad que atravesaban la zona. "Estas conexiones afectaron los restos de los animales, pero nos las cámaras funerarias".
Según investigaciones, en Chilca se instalaron los primeros habitantes de esa parte de la costa peruana. En 1960 se descubrieron restos de 3.750 años de antigüedad, como entierros y chozas que formaban una aldea con paredes de cañas, cubiertas con estera o pasto.