PASEO POR SU GASTRONOMIA-
El atún-: es el ingrediente imprescindible en la gastronomía de Chiclana. Otros el Crujiente de atún a las salsas, obra del chiringuito Kanaloa (localizado en la playa de La Barrosa); la influencia global se notó en guiños asiáticos, como el Chiclana Roll de La Marítima, cervecería de la calle Arroyuelo. Se probaron alardes de originalidad -propios de la cocina posmoderna- como el Tuna & Gin con emulsión de ginebra premium y sésamo caramelizado de la Venta La Alegría. E incluso auténticas creaciones como la de La Trastienda de Lusol y su Volcán de almadraba, o el Sol-Tun de El Farito .
Su cocina marinera
El langostino de estero es muy de Chiclana, una de las exquisiteces de su gastronomía, y quizá no lo suficientemente reivindicada. Su temporada arranca en agosto mediados o finales, y dura hasta el otoño, una vez que llegan las lluvias. Aquí tenemos la receta de un clásico marinero, el restaurante Popeye de Chiclana ; se trata de langostinos de menor tamaño que algunos comparan con las quisquillas, precisamente por ser tan pequeñitos. ¡Nadie se escapa de aquí sin probarlos! O no debería.
Miguel Ángel Almodóvar recomienda los langostinos, muy encarecidamente, cuando habla de la ruta de entremares hacia Huelva, que pasa por Chiclana, “tierra de vinos finos y moscateles, donde hay que empezar disfrutando del muy desconocido langostino […], de calibre algo menor que el tradicional, pero de carne prieta y finísima”.
También pone por las nubes las chacinas y los pescados criados en los esteros de las marismas. Aunque el arte vitivinícola –los vinos de Chiclana- constituye el mejor exponente de nuestra gastronomía, en el buen comer no nos quedamos ni mucho menos cortos.
El atún, como se ha dicho, forma del ser culinario de Chiclana; así también el marisco y el pescado en general, que para eso es tierra de esteros y marismas. La Manguita, por ejemplo, es la más referida de las marisquerías. Marisco cocido y pescado frito son sus reclamos principales, de ahí el éxito de su terraza. Locales y visitantes vienen, atraídos por el pescado atlántico (urta, pargo, corvina, coquinas autóctonas), o por exclusividades de aquí como los langostinos.
El bar del Club Náutico de Sancti Petri -al lado del puerto deportivo- es otro de los lugares ideales para probar el pescado de roca: urtas y pargos, fritos o al horno. O la Asociación de Pescadores “Caño Chanarro”, en el Poblado de Sancti Petri, muy recomendable para aquellos que gusten de estos pescados a la plancha. En pleno Paseo Marítimo de La Barrosa nos encontramos con Los Pescadores, restaurante donde comer arroces y mariscos cocidos a pie de playa.
La cuchara chiclanera
La berza chiclanera es un potaje muy típico. Eso sí, con sus variantes, como la berza de Resurrección o la berza de coles. Y no es el único potaje en la cocina chiclanera: los hay tagarninas sinónimo de cardillo, otro elemento imprescindible en sus fogones, o de babetas con garbanzos (con su poquito de hierbabuena, como suele decirse), y de castañas y frijoles. El diccionario gastronómico chiclanero es rico en vocablos: desde las citadas tagarninas (de las que se come la penca cocida) a pescados como el pejerrey o el cangrejo moro (típico, sabroso, gaditano y, por tanto, chiclanero).
Picoteo agridulce
Moscatel con butifarra,en la Bodega El Sanatorio y en otras Bodegas es una una pareja bien avenida. Sabores agridulces para gentes de buen comer: butifarras aromatizadas con canela, chicharrones de carne, tocino de cerdo frito o chicharrones especiales (“entreveraos”, dicho de manera más castiza; o cortados en lonchas finitas). Con pan, mil veces mejor.
Bendita repostería
Ir a la calle Larga y no comprar la tarta de almendras de las Agustinas Recoletas , debería ascender a la categoría de pecado capital. La repostería del convento es simplemente espectacular. Pero no solamente de dulces tradicionales viven los lugareños: ahí está la Selva Dulce, pastelería y panadería regentada por Thomas Grzib. Nacido en Rastede, cerca de Hamburgo, Thomas se enamoró de Chiclana y abrió este magnífico local; su máxima para el arte de la repostería es que sea “sencilla y rica” (la materia prima que utiliza para elaborar sus panes y pasteles es natural, de la tierra y de calidad).
El obrador de Antonia Butrón es otro clásico ineludible, como sus hojaldres. Pestiños a la antigua, tortas de manteca, tortas de Nochebuena, roscos de aceite o de huevo, tortas de mantecados, de polvo, gachas dulces… ¡Será por postres! Si comes en Chiclana, no cabe duda de que tendrás que hacerle hueco.