Escribir

En el caso de un escritor como yo puede ser debido a que los cinco sentidos no perciben hechos dignos de ser consignados o sencillamente porque estás o te sientes medio moribundo y ya no te quedan ganas de nada y estás sumido en el miedo o en el terror.

La mitad de tus amigos han desaparecido, la otra mitad están en el quirófano o son víctimas de enfermedades neurológicas o lo que es peor de especialistas que por curarte un órgano te destrozan otros más importantes.

Yo he tenido la suerte de darme con el doctor Barrio, un internista, un generalista como era el doctor Marañón, además se sienta a tu lado y te escucha atentamente lo que haya que escuchar en lugar de mirar obsesivamente la pantalla de un ordenador y escribir con frenesí algo que después te dará en un papel sin haberte mirado a la cara ni un solo minuto.

Hay quienes han fallecido a los veinte, otros a los treinta o a los cuarenta años, y otros que a los de ochenta como yo aún no se han ido al otro mundo.

Generalmente la vida se ama con locura y nadie quiere morirse así como así. Otros, los menos, empiezan a sospechar que ese otro mundo del que hablaba Ramsés II y Jesús de Nazaret será mejor que este primero. En general la llamada capacidad de fabulación va desapareciendo y queda una momia como la de Tutankamon, predispuesta a ser comida por los gusanos.

De cualquier forma este es un mundo temporal y efímero que está dispuesto a desvanecerse. Ha habido escritores ciegos y otros mudos o tartamudos, como aquél rey famoso que tartamudeaba con excesiva frecuencia. Presidentes que sin ser malvados del todo se niegan a abandonar el poder y están dispuestos a trocear su país o a pactar con terroristas, separatistas o delincuentes; el poder es así, obra milagros generalmente más para el mal que para el bien. Hoy me he animado a escribir y me he levantado de la piltra, como dicen los valencianos, dispuesto a dar al ordenador, que no sé exactamente por qué se llama así, posiblemente porque ordena lo desordenado de nuestro magín.

Pero por hoy ya está bien , me vuelvo a la piltra para dormitar o sumirme en la inconsciencia antesala de la muerte. De cualquier forma es buena noticia que me haya animado después de semanas a escribir unas letras. Éstas.