Candidato a la presidencia de Colombia
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El candidato presidencial del Partido Liberal en Colombia, Rafael Pardo |
Los derechos humanos serían prioridad de Gobierno pero no supeditados al TLC, dice Pardo
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Washington.- El candidato presidencial del Partido Liberal en Colombia, Rafael Pardo, afirmó esta semana en una entrevista con Efe que, si gana en 2010, los derechos humanos serán prioridad de su Gobierno pero no estarían supeditados a "condicionamientos" del Tratado de Libre Comercio (TLC) estancado en el Congreso de EE.UU.
"Lo que me parece equivocado del Gobierno colombiano es que solamente se interesa en el tema de los derechos humanos cuando eso afecta el trámite del TLC", señaló Pardo.
Bajo su Gobierno, "los derechos humanos serían una prioridad independiente del comercio...no puede estar condicionado el interés por derechos humanos a que en EE.UU. se discuta o no se discuta el TLC", argumentó el candidato, en el marco de una gira internacional que incluye Washington.
El TLC, suscrito entre Estados Unidos y Colombia en noviembre de 2006, permanece estancado en el Congreso, bajo control demócrata, debido a las preocupaciones de algunos congresistas sobre las violaciones de derechos humanos y la violencia contra sindicalistas.
Según Pardo, los esfuerzos de cabildeo del Gobierno de Uribe para la ratificación del TLC han sido "bastante inútiles" ya que "no han logrado satisfacer inquietudes" en Washington, y el pacto afronta un clima inhóspito en EE.UU. debido a la crisis económica.
Reiteró su mensaje de que "políticas corruptas" como la de Agro Ingreso Seguro (AIS) "no se pueden reelegir", en referencia al escándalo en torno a un programa de subsidios del que, según Pardo, se han beneficiado partidarios del Gobierno, "personas inexistentes" y personas al margen de la ley.
El AIS "ha sido un nido de corrupción y de escándalo, y es muy paradójico que ese haya sido el programa con el cual se pretendía compensar los efectos del TLC", cuya ratificación es imprevisible, señaló.
El presidente Álvaro Uribe asegura que lo que busca es la reelección de sus políticas y que lo que ha "dicho es que políticas corruptas como la de Agro Ingreso Seguro no se pueden reelegir", enfatizó.
Para el candidato de oposición, una segunda reelección de Uribe sería una "catástrofe democrática" y, pese a la popularidad del mandatario, "el punto no es si el Gobierno de Uribe ha sido bueno o no ha sido bueno, sino si desde el Gobierno por segunda vez se cambie la Constitución para que siga en el poder".
Según Pardo, el uribismo en Colombia no ha reducido las disparidades sociales y la indigencia, ni ha corregido la concentración de la riqueza.
Así, el candidato del liberalismo colombiano, que se propone crear una Nueva Mayoría Progresista, pintó un país donde las desigualdades "entre personas, grupos étnicos y regiones son cada vez mayores".
Prometió que, si gana en los comicios de mayo de 2010, impulsará políticas "totalmente distintas" que promuevan la igualdad de oportunidades, con la idea de facilitar "la cohesión social y el fortalecimiento de la democracia".
Pardo consideró que mientras los partidarios de Uribe elogian las medidas de protección de grupos vulnerables, para los sindicalistas "son medidas insuficientes" y hay muchas preocupaciones por el presunto uso político de inteligencia del Estado.
En ese sentido, Pardo se describió como una "víctima" del espionaje del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) como lo han sido, aseguró, otros opositores de Uribe, magistrados de la Corte Suprema de Justicia y periodistas.
A su juicio, la nueva ley de inteligencia -que en paralelo defiende en Washington el vicepresidente Francisco Santos- "tampoco va a servir de nada" para evitar escándalos como el de las "chuzadas" del DAS.
"Lo que ocurrió en el DAS no fue por falta de una ley... por eso es que esta nueva ley de inteligencia, si hay la intención de violarla, pues tampoco va a servir de nada", advirtió.
Pardo dijo que trató el tema del DAS con el director para las Américas de "Human Rights Watch", José Miguel Vivanco, en el marco de una serie de reuniones programadas con líderes políticos y del Congreso de Estados Unidos.