LOS PRECIOS DE LAS FRUTAS Y VERDURAS
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Una sandía le cuesta al consumidor, 17 veces su valor de venta por el productor |
Cada sandía se paga diecisiete veces
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Frutas y verduras llegan al consumidor a precios que multiplican hasta 17 veces su valor en el campo. Los agricultores se manifestaron esta semana en Madrid contra el desfase de precios.
MADRID. El precio de venta al consumidor de la sandía es 17 veces más alto que el percibido por el agricultor en origen, mientras que este diferencial se multiplica por 14 en el caso del melón, según el Índice de Precios en Origen que elabora mensualmente la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) junto con la Unión de Consumidores (UCE) y la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu). Los agricultores denuncian además que los precios este año han crecido un 25% por "la desastrosa campaña" de fruta de verano en el campo.
Y si con sandías y melones la cuenta sale mal para los agricultores, en el caso de tomates, cebollas, lechugas y demás verduras la situación es casi idéntica: los márgenes que manejan los distribuidores son del 648% mientras, una tasa que baja al también contundente 323% de los productos ganaderos. Los tomates para ensalada se pagan así 10,26 veces más caros de lo que cuestan en origen. Cerca de esa proporción están las patatas (9,4 veces) y el calabacín (8,93), que no llegan a la brecha disparatada de sandías y melones, pero casi. De media, cada producto multiplica por 6,8 su coste desde que lo entrega el agricultor hasta que el consumidor lo mete en su cesta.
Precios asequibles
Según el responsable de mercados agrarios de COAG, Miguel Padilla, el esfuerzo realizado por el sector productor para promocionar el consumo de fruta en verano "cae en saco roto si el consumidor no encuentra precios asequibles en las grandes superficies".
Padilla denuncia además que estas diferencias entre los precios de origen y destino de la mayoría de los productos agrícolas no están de ninguna manera justificadas "cuando las cotizaciones en el campo no llegan ni a cubrir los costes de producción", como sucede en el caso de la sandía o el melón. Por eso los agricultores crearon hace ya un año el Índice de Precios en Origen y destino, una herramienta que no ha corregido la diferencia abismal entre lo que cuesta producir y lo que paga el consumidor, pero que al menos sirve para dejar patente que cada vez que un consumidor sube a su cesta una sandía, en realidad está cargando un carro de ellas: al fin y al cabo, cada pieza se paga 17 veces.