También tenemos que contar que con el aumento de población mundial, se consume más, aumentan los animales de compañía, más consumo y cientos de otros motivos que no pararíamos de nombrar, hacen que los números de superpoblación aumenten exponencialmente cada 20 años vista.
Ya es vox populi que nuestros mares y océanos están muy contaminados por los desperdicios y la cantidad de basura que tiramos. El plástico es uno de los combustibles fósiles, antropogénico emergente, más destructivos que poseemos y de muy lenta destrucción y continuo aumento.
La fauna marina, se alimenta de esos residuos sin querer, porque es lo que ofrecemos los seres humanos, lo que les hace vulnerables a alimentarse de eso, a lo que denominamos basura y que ya no nos sirve y que muchos de nosotros, no pensamos en las consecuencias que pueden ocasionar en un futuro no muy lejano, si no los tiramos correctamente.
Si navegamos o en las mismas costas de nuestro litoral caminando, nos encontramos pescaditos, medusas, conchas dentro de un contenedor de pintura o alambres de metal con algas o las anillas de plástico que sujetan bebidas efervescentes con algún que otro animal muerto, agarrado sin poder salir de mismo. Da pena, solo pensarlo.
Pero ahora no nos entretengamos en esto y nos enfocaremos en que consecuencias se derivan de esta basura que abandonamos y como podemos sacar conclusiones al respecto. ¿Será verdad que el pescado que adquirimos en nuestras pescaderías y que consumimos normalmente, está contaminado de microplasticos?.
El Centro Tecnológico de Aquicultura (CTAQUA), entidad establecida como una fundación independiente sin ánimo de lucro, dispone de las instalaciones y del equipo humano necesario así como de una amplia experiencia en I+D+i en acuicultura para poder analizar todo esto y las consecuencias que provocan el ingerir un pescado, sin saber si está contaminado o no.
Proyectos: ACUIPLAS recibió de APROMAR, el encargo de poner en marcha un estudio y análisis sobre la presencia de contaminación por residuos plásticos en los peces procedentes de la acuicultura española.
La dirección de este estudio la llevo a cabo, Don Juan Manuel García de Lomas, siendo su objetivo principal en buscar los microplásticos, que provienen de la descomposición de los mismos polímeros en diminutas partículas en los pescados que van a analizar generalizando su llegada de todos los elementos: Aire, tierra y Agua. Aunque el 80% de estos elementos provienen de fuentes terrestres, donde su presencia se encuentra en todos los medios acuáticos del planeta.
Además con este estudio, se propone que se identifique la problemática asociada a la puesta en el mercado de productos pesqueros con posibles altas cargas de residuos de plásticos y se toman muestras para identificar, si el pescado de crianza en piscifactorías está sometido a este tipo de contaminación.
En este sentido, el presente informe, aporta información científica contrastada acerca del análisis de “microplásticos”, en tres matices diferentes: filete de pescado de cultivo, pienso para acuicultura; y muestras de agua adyacente a instalaciones acuícolas, con el fin de evaluar si una posible presencia de microplásticos tanto en el agua de cultivo, como en el pienso administrado a los peces y que esto pudiera tener un impacto en la presencia de los filetes de pescado de cultivo.
Los ámbitos de trabajo abarcaron los peces, las aguas y la alimentación en granjas de acuicultura de Andalucía, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y Región de Murcia.
Se tomaron muestras de filete de pescado de tres especies de cultivo: dorada; lubina; y rodaballo, las cuales fueron engordadas en cinco instalaciones de cultivo distintas: tres instalaciones ubicadas a lo largo del mar Mediterráneo y dos en el océano Atlántico (Islas Canarias y Galicia).
Los análisis que se llevaron a cabo en 15 lotes, cada uno de ellos compuesto por 10 individuos (150 peces en total) de las tres especies protagonistas del estudio así como el pienso y en las aguas donde se criaron estos ejemplares. Una vez fileteados los 150 pescados de la muestra, de la misma forma que se filetean para el consumo humano, fueron procesados y se procedió a su análisis.
La labor de los estudios científicos ha permitido establecer que:
“No se han observado partículas microplásticas en ninguna de las 15 muestras de pescado analizadas en este estudio”
Lo que si se ha demostrado en este estudio y dicho por el profesor García de Lomas, los piensos utilizados para la alimentación de los animales de acuicultura pueden presentar trazas de estas sustancias, ya que se fabrican a partir de materias primas naturales, razón por la que en el estómago y en las tripas de los pescados pueden encontrarse, aunque en cantidades mínimamente detectables.
Pero estas partes del pescado, son siempre desechadas, ya que se consumen eviscerados, por lo tanto, lo que se come, es el músculo y la piel, y ahí no ha habido ningún positivo.
Si (
No(
