www.euromundoglobal.com

OPINIÓN

Chile: entre el pesimismo y la esperanza

Por Jorge Infante Velarde

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h

Hace un año, el trágico accidente de la mina San José –además de poner al descubierto las severas falencias de la industria minera chilena-, producía el efecto de aglutinar de manera transversal a todo un país que sobrecogido por la noticia, ponía temporalmente de lado, sus diferencias y la creciente irritación de una ciudadanía que a medio año de ocurrido el devastador terremoto, comenzaba a ver la errática conducción de un gobierno que tras los 20 años de la Concertación, se había presentado como la solución a todos los problemas que de manera sempiterna, ha arrastrado Chile desde los años de su independencia.

Este agosto de 2011 encuentra un Chile más irritado y desencantado que aquel que celebró jubilosamente la hazaña del rescate de “los 33 mineros de Atacama”. En 2010 y pese al grave terremoto que supuso pérdidas por más de 30 mil millones de dólares, el gobierno de Piñera se hallaba aún, -por decirlo en términos simples-, en rodaje y se le perdonaban algunas metidas de pata por aquello de que “todavía es pronto para evaluarlo de manera objetiva”.

En aquellos momentos la urgente necesidad de reconstrucción del país unió a sectores políticos y sociales que en el año del bicentenario de la independencia se pusieron manos a la obra para ayudar a los miles de chilenos que habían quedado sin hogar.

Cuando se produjo el  rescate de los mineros, hecho que el gobierno de Piñera explotó en su beneficio hasta la saciedad, consiguió no solo elevar su popularidad de manera ficticia y artificial hasta por encima del 70% sino que le permitió -por un breve espacio de tiempo-, “adormecer” a la opinión pública que pletórica de orgullo nacional, aparcó temporalmente sus diferencias. No obstante, al final la fiesta terminó y fue preciso volver a la realidad y esta vuelta a la normalidad, ha sido dura, muy dura.

El malestar larvado de amplios sectores sociales como estudiantes, trabajadores y ciudadanos con conciencia ecologista ha dado pie a las mayores manifestaciones que se recuerdan desde el restablecimiento de la democracia, en 1990.

Con un Gobierno debilitado e impopular, los movimientos sociales no han tardado en salir a la calle a expresar sus demandas. Mientras más protestas en las calles, más se ha debilitado el Gobierno y más ha caído su popularidad”, escribe en “Infolatam” el politólogo Patricio Navia.

El hombre de la calle cree sin embargo que el auténtico problema de la fuerte caída de la popularidad del gobierno radica de manera principal en el propio presidente Piñera, hombre dueño de una personalidad  que no consigue –pese a sus innegables esfuerzos-, encajar ni empatizar con amplios sectores. Piñera es un presidente-empresario o más propiamente, un empresario-presidente que más que probablemente, no tiene convicciones políticas firmes y decididas y bascula con frecuencia produciendo desconcierto incluso, entre sus colaboradores más cercanos ya que con frecuencia su personalidad un tanto megalómana que busca de manera desesperada el reconocimiento público, le hace olvidar los objetivos políticos.

Según opinan algunos de sus cercanos, “el presidente quiere repicar y estar en la procesión al mismo tiempo” lo cual quiere decir –según estos mismos cercanos-, “que el presidente quiere hacerlo todo y eso, no se puede o en último término, no se debe” apostilla un colaborador que prefiere permanecer en el anonimato. Es casi una leyenda urbana que cuando se produjo el rescate de los mineros, fue la esposa de Piñera, Cecilia Morel, la que tuvo que “ponerse firme” para evitar que Piñera, entusiasmado con la operación de rescate, descendiera el mismo en la cápsula Fénix, a rescatar a los mineros. Cierta o no, esta situación ilustraría de manera clara el afán de protagonismo personal que sacude a Piñera lo cual le hace aparecer ahora, como blanco de todos los errores y desaciertos –que han sido muchos-, de su gobierno.

La inexperiencia política de Piñera que es -ante todo y después de todo-, un empresario metido a político (contrariando la norma que suele convertir a los políticos en prósperos empresarios), lo demuestran los tres cambios de gabinete que en apenas un año y medio, se ha visto obligado a realizar precisamente, por el perfil tan poco político de los dos primeros equipos ministeriales que han conseguido en pocos meses, pulverizar la popularidad del presidente conseguida a raíz del rescate de los mineros aunque en honor a la verdad, esta popularidad debe considerarse como un hecho puntual ya que el ejercicio de gobernar es una tarea compleja y que tiene un sinnúmero de aristas que exigen esa “muñeca política” de la cual –y a la vista de los resultados de la últimas encuestas-, Piñera carece en grado heroico.

La ciudadanía tiene motivos para estar irritada y desencantada y la mejor prueba de ello es que una gran masa ciudadana no está inscrita en los registros electorales y la ciudadanía en general recibió junto con la llegada de este gobierno, un paquete de promesas electorales que podríamos resumir en una sola: la posibilidad cierta de una vida mejor, promesa que el ciudadano constata día a día que no se cumple y lo que es peor, que no hay posibilidades ciertas de que se cumpla y, mientras tanto, ¿Qué percibe?, que el tiempo pasa y los abusos económicos de los “de siempre” están a la orden del día y que las brechas sociales y las desigualdades no hacen más que aumentar pese a las buenas cifras macroeconómicas, el relativo bajo desempleo y la también –hasta hace poco-, relativa calma social que desde hace dos meses, ha saltado prácticamente por los aires, retrotrayendo la imagen de las calles de Santiago, a las del Chile convulso y confuso de los días más negros de la dictadura militar reciente.

El ciudadano de a pie ya no se cree esa exagerada expresión acuñada a partir de la hazaña del rescate de los mineros y que el gobierno alentó de manera entusiasta: “the chilean way”, con la que las autoridades se referían por aquel entonces a la manera exitosa de hacer las cosas, “a la chilena”. Tristemente, el orgullo nacional y el optimismo del pasado año han dado paso al pesimismo y al malestar ciudadano por la pobreza que no deja de crecer, la evidente falta de solución real y tangible a los miles de damnificados del terremoto del 27-F que ya prácticamente, ha pasado a formar parte del paisaje urbano y según como van las cosas, terminará difuminándose –como muchos problemas en Chile-, hasta desaparecer por inercia.

La situación de la educación, la delincuencia, el deterioro del medio ambiente y la certeza cada vez más arraigada en el grueso de la población de que el gobierno y sus ad-láteres gobiernan sólo para ellos y para nadie más, cobra fuerza día a día y que aquel chascarro de que “Chile, es un país atendido por sus propios dueños” se parece cada día más, a una infausta realidad.

Finalmente y si hacemos caso de la conocida “Ley de Murphyque dice que todo aquello que está mal puede ir a peor, hoy mismo se conocían por la prensa santiaguina, las torpes y absolutamente fuera de lugar declaraciones del ultraconservador senador Carlos Larraín (uno de los gurúes del gobierno), quien con una inoportunidad que raya lo increíble, se ha despachado diciendo con total soltura de cuerpo que "No nos va a doblar la mano una manga de inútiles subversivos" es decir, una declaración en clara sintonía con épocas ya superadas y a la usanza de los viejos tiempos y dando –desde el gobierno-, la razón a quienes critican las posturas involucionistas del ministro del Interior al negar en días pasados, la autorización para la marcha de los estudiantes que finalmente, derivó en violentos disturbios con centenares de detenidos, destrozos de propiedad pública y privada y numerosos heridos de diversa consideración.

Si quienes critican al gobierno al gobierno de Piñera de haber perdido el contacto con la realidad del Chile cansado, irritado e “indignado” de hoy mismo necesitaban una confirmación a sus denuncias, esta les ha venido del propio gobierno y de boca de unos de sus más influyentes personeros.

Todo hace prever que Piñera continuará bajando en las encuestas y que su gobierno será cada día más errático a menos que introduzca fuertes correcciones en su forma de abordar los problemas que tiene la ciudadanía en su conjunto y que tampoco hace falta investigar ya que son los mismos que vienen machacando al país desde hace décadas: desempleo, educación, salud, igualdad de oportunidades y disminución de los desniveles sociales. ¿Será capaz el megalómano presidente-empresario de oír el grito de advertencia que desde diferentes sectores le lanza esa misma ciudadanía que lo llevó al poder?...  Tiempo al tiempo.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (23)    No(0)

+
1 comentarios
Portada | Hemeroteca | Índice temático | Sitemap News | Búsquedas | [ RSS - XML ] | Política de privacidad y cookies | Aviso Legal
EURO MUNDO GLOBAL
C/ Piedras Vivas, 1 Bajo, 28692.Villafranca del Castillo, Madrid - España :: Tlf. 91 815 46 69 Contacto
EMGCibeles.net, Soluciones Web, Gestor de Contenidos, Especializados en medios de comunicación.EditMaker 7.8