Alcalá de Henares, más bella desde dentro
María Jesús Corrales.- Alcalá de Henares
Cuando pisas el casco histórico de Alcalá de Henares, te trasladas sin quererlo, de un momento a otro, a un escenario del Siglo de Oro. Pero lo mejor de este caso es que este aparente decorado de cine está tan lleno de vida como en aquel tiempo, porque la almendra central es el centro de la actividad diaria de la ciudad. La mayoría de los edificios históricos que dieron a la ciudad el título de Patrimonio de la Humanidad están rehabilitados, siguen abiertos, se usan a diario y muchos de ellos se visitan.
El edificio de la Universidad que creó Cisneros sigue siendo el Rectorado; la Hostería que se usa desde aquellos tiempos sigue ofreciendo lo mejor de la gastronomía complutense desde hace 500 años a propios y extraños a través de la red de Paradores de Turismo -desde 1929- y numerosos conventos antiguos son ahora edificios administrativos. El Ayuntamiento se encuentra en el Convento de Agonizantes, el Museo Arqueológico Regional, en el de la Madre de Dios y así un largo eccétera.
Pero quizá el monumento que mejor representa ese uso habitual desde antiguo es el Corral de Comedias. Ubicado en la plaza de Cervantes, el Corral funciona desde 1601 y sigue acogiendo representaciones habitualmente. Cada uno de sus rincones muestra la evolución del teatro y su arquitectura desde el siglo XVII hasta hoy: fue corral de comedias, teatro romántico y hasta un cine en el siglo XX. Hoy se han recuperado todos sus espacios, que quedan a la vista del público. Una verdadera joya.
El paseo por la calle Mayor entre soportales, adarves y corralas por lo que fuera la judería de la ciudad traslada al turista a una de las calles más bellas y mejor conservadas de las ciudades patrimonio de la Humanidad. Entre los lugares que más merece la pena visitar en esta calle se encuentran el Hospital de Antezana y la Casa de Cervantes, que muestra cómo vivía una familia acomodada en la época en la que nació el Príncipe de los Ingenios (1547) y autor de la novela más importante escrita en español, El Quijote. Precisamente es la fecha de su bautismo, el 9 de octubre, una de las fiestas más celebradas en la ciudad, con mercado medieval por todo el centro, jornadas gastronómicas cervantinas y numerosas actividades. El 23 de abril se conmemora su entierro con la entrega del Premio Cervantes, el más prestigioso del mundo en lengua española, acto que se lleva a cabo en el Paraninfo de la Universidad.
No obstante, la mayor sorpresa que ofrece la ciudad de Alcalá no reside sólo en el descubrimiento de su historia monumental, sino del sentimiento de pertenencia de sus gentes. Porque gracias a ese amor a la ciudad, el riquísimo patrimonio alcalaíno ha llegado en muy buenas condiciones hasta nuestros días. Fue la Sociedad de Condueños, un amplio grupo de ciudadanos complutenses, los que en 1851, muy preocupados por el abandono de los edificios en los que el Cardenal Cisneros había creado la primera universidad moderna de Europa que fue el faro del conocimiento en el mundo occidental desde 1499 hasta el siglo XIX en que fue trasladada a Madrid, decidieron salvar el patrimonio de la ciudad aportando el pago de 80.000 reales y creando una sociedad cuya única finalidad era comprar dichos edificios emblemáticos de la ciudad. Gracias a estos quijotes complutenses, hoy podemos usar y admirar una ciudad que encierra una gran belleza arquitectónica e importantes valores que transmitir en cuanto a la conservación del patrimonio histórico artístico.
Alcalá alberga una gran historia que se remonta al Paleolítico y alcanza su primer clímax con la ciudad romana de Complutum, de la que se conservan importantes restos en el Museo Arqueológico Regional, en la plaza de las Bernardas. Alcalá es universidad, conocimiento, investigación, arquitectura y solidaridad ciudadana para la conservación del patrimonio. Pero además es una ciudad donde se come bien, con una riquísima gastronomía castellana, que gana adeptos día a día. La Asociación FOMENTUR, que reúne a los restaurantes más emblemáticos, cumple su XXV Aniversario y va a recibir este año la Medalla de Plata de la ciudad por su contribución a la difusión de la gastronomía y el turismo. Cada año, por febrero, celebran las Jornadas Gastronómicas; en abril, el Homenaje Gastronómico al Premio Cervantes y, en octubre, las Jornadas Cervantinas.
Alcalá es un lujo, una joya arquitectónica por fuera, pero mucho más bella cuando conoces todo lo que encierra desde dentro.
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