Hay frases que se quedan colgando en la memoria del lector o del espectador. El cine, como la literatura brinda aseveraciones o negaciones que cuelgan como un claro acierto en el sentir o el pensar, por eso repetimos frases de Shakespeare, Don Juan Tenorio o Casablanca.
“El Principito vive en un planeta muy pequeño desde donde puede ver las puestas de sol cada vez que lo desea. Le basta con arrastrar su silla algunos pasos”, es el comienzo de la historia a la que van a seguir episodios con un baobab, una rosa, un zorro, un rey, un explorador, un geógrafo, una flor…
Antoine de Saint Exupery (1900-1944) se hizo grande al escribir este cuento tan poético. La ciudad de Lyon donde nació le ha puesto su nombre al aeropuerto Saint Exupery, para perpetuar la memoria de este célebre aviador que se perdió entre las nubes y el aire, dejando una estela de memoria y un cuento tan hermoso como El Principito (Le Petit Prince). Saint Exupery se casó con Consuelo Suncín, una millonaria salvadoreña en Argentina.
“Busco amigos”, dice en Principito en una de sus páginas. “Solo se conocen bien las cosas cuando se las domestica… Si quieres un amigo, ¡domestícame!”, le dice el zorro al Principito. El zorro que le dirá más adelante:
“Pero tú tienes los cabellos dorados… El trigo, que es dorado, me hará acordarme de ti. Y me gustará el sonido del viento en el trigal…”
"El principito", un libro que sugiere mas que dice y con una clara doble lectura para niños o para mayores. “Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa…”
No hay nada como escribir un cuento infantil o ilustrarlo.