Tensiones familiares propiciaron un relevo en la gestión de la bodega- motivada por esta maldita crisis, que ya es una plaga, y el consiguiente recorte de costes -, que también alcanzó al hasta entonces gerente. La oferta laboral degradante, y el cambio de funciones que propusieron a Hilera, fue inasumible por una cuestión de imagen y orgullo profesional. Consecuentemente este hombre, trabajador sin medida, y honrado a carta cabal, se quedó sin su trabajo de toda una vida.
Poco tiempo después coincidí con José Luis, y le encontré disgustado, e inusualmente abatido. Me comentó algunas de las propuestas de trabajo que le llegaban; dudaba, y quería estar seguro de tomar la decisión acertada. Buscaba implicarse en un trabajo que volviera a ilusionarle, para volcar en él toda su experiencia y prestigio, ganado con el esfuerzo de tantos años.
Bodega Gómez de Segura, tres generaciones de bodegueros
Transcurridos unos meses, al comienzo de este verano, recibo noticias de J.H. Hilera. A través del teléfono puedo adivinar al hombre vitalista de siempre, que no puede ocultar su alegría al comunicarme que colabora con una joyita de bodega familiar de Rioja Alavesa con sede en Laguardia.
Se trata de la Bodega Gómez de Segura que han sido viticultores y elaboradores por espacio de tres generaciones de sus 50hs de viñedo, y que siempre ha vinificando subsidiariamente para alguna de las bodegas líderes, establecidas en Rioja Alavesa. Esta circunstancia, cambió a comienzos del año 1997, cuando Ana Mª, y José Antonio, convencieron al ‘pater familias’ Antonio, de que era el momento para homenajear al abuelo Baldomero, fundador de la bodega; el objetivo era estar en el mercado con sus vinos, Gómez de Segura, por derecho propio y con orgullo de marca.
(No les oculto mi fascinación por las bodegas familiares. En los tiempos actuales es admirable el coraje de presentarse a un mercado imprevisible, con dificultades de financiación, con almacenajes y distribución cada vez mas costosos, sin contar con las inevitables complicaciones climatológicas que pueden arruinar el afán de todo un ejercicio ).
Las cuatro referencias que elaboran los Gómez de Segura son la tipicidad riojana alavesa en su expresión más pura: un estupendo blanco joven de Viura, con una mínima aportación de Malvasía, y tres tintos de Tempranillo. Me entusiasma un maceración carbónica ‘todofruta,’ que es una gloria … Y dos clásicos de Tempranillo, muy - pero que muy -, riojanos . Se trata de un Crianza, y un Reserva (este último con fundamentos de Gran Reserva), que a pesar de la excesiva madera que para mi gusto imponen las normas reguladoras, mantienen la fruta de este maravilloso varietal de uva tinta que es el Tempranillo.
Ana Mª, comenta muy convencida a quien quiera escucharla, que sus elaboraciones son Vinos de Recuperación Rápida. El concepto - eslogan de la bodega-, me asombra por desconocido en terminología enológica, pero se apresura a aclararlo. Se refiere a las propiedades beneficiosas para su ingesta, puesto que debido a los cuidados en viña (abonos orgánicos), y elaboración en bodega (ausencia de productos mejorantes), son vinos que pueden consumirse en mayor cantidad sin que se padezcan las consabidas consecuencias indeseadas (cefaleas y disfunciones estomacales). Ya saben… una ventaja añadida: Vinos de Recuperación Rápida. ¡Fantástico! Nada que objetar a lo que puede ser un fenomenal eslogan publicitario. Quizás sea por eso que ABRA (Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa), haya seleccionando cuatro añadas del Gómez de Segura, Crianza, y otras dos añadas del Reserva, como Vino Institucional. Además, de los innumerables galardones nacionales e internacionales cosechados por sus vinos - a pesar de su juventud en los mercados -, y de las recomendaciones de compra de relevantes publicaciones especializadas , como lo es la prestigiosa revista británica Decanter, editada y dirigida por mi admirado Guy Woodward.