La revista del Museo de Historia Natural de Londres, Journal of Natural History, Ortuño ha publicado, en colaboración con su alumno de doctorado José Domingo Gilgado, un artículo sobre una nueva especie de coleóptero de la familia Carabidae que vive en los microespacios del suelo profundo en una montaña emblemática de Alicante. A esta especie se la ha bautizado con el nombre de Typhlocharis josabelae, como homenaje y reconocimiento a la labor investigadora de la doctora Josabel Belliure, profesora del departamento de Ecología de esta misma universidad.
El descubrimiento de esta especie posibilita ahondar un poco más en el esclarecimiento de la clasificación de este complicado género de coleóptero y su historia evolutiva. Además, los autores proponen la hipótesis de la hidrocoria (transporte por el agua) como factor desencadenante de una distribución relativamente amplia de este género, en comparación con otros coleópteros de similar estilo de vida. Este fenómeno quizá sea una de las claves que ha posibilitado su elevada microendemicidad en los intersticios del suelo, debido a lo que los biólogos denominan “efecto del fundador”. Este hecho podría explicar que, hasta la fecha, se conozcan entre la Península Ibérica y norte de África más de 50 especies de estos diminutos escarabajos que, a priori, cabría esperar que tuviesen muy mermada su capacidad de dispersión.
En la segunda revista, Zootaxa, cuya sede se halla en Auckland, Nueva Zelanda, Vicente Ortuño comparte autoría con el prestigioso entomólogo valenciano, el doctor Alberto Sendra, investigador del Museo Valenciano de Historia Natural. En este caso, el descubrimiento es el de otro coleóptero, esta vez de hábitos cavernícolas hallado en la cueva de la Surgencia de l’Orao en Valencia. Esta nueva especie, también de la familia Carabidae, es de reducidas dimensiones y se comporta como un microdepredador del subsuelo. El nombre elegido para “darla de alta“, en la comunidad científica, es el de Microtyphlus charon, cuyo epíteto específico es un guiño a la mitología griega, pues la especie está dedicada a Caronte, el barquero de las tinieblas del Reino de Hades.
El descubrimiento de esta especie ha facilitado un mejor conocimiento de este reducido grupo de especies hipogeas que presentan una distribución restringida en los relieves kársticos del extremo sur del Sistema Ibérico valenciano y cuyo origen se remonta al Mioceno.