Es probable que Yepes, como La Guardia y otros lugares cercanos,así como la zona de Calatrava y aledaños, sufrieran el asedio de las razias almohades cuyo objetivo era fundamentalmente la posesión de cautivos y esclavos que posteriormente eran llevados a Sevilla, la capital almohade , a través del importante camino califal existente entre Toledo y Córdoba. La ciudad hispalense se convirtió en un gran centro de negocios con los esclavos y cautivos apresados. Los califas almohades embellecieron la ciudad (la Giralda, Torre del Oro, el Alcázar, etc) con las importantes sumas de dinero obtenidas con la esclavitud.
Contra este pueblo sarraceno africano, imperialista, fundamentalista y puritano, que defendían el cumplimiento estricto de las normas islámicas, el rey Alfonso VIII, después de ser derrotado en Alarcos (1195) por estos almohades, organizó una cruzada ayudado por el papa Inocencio III y el arzobispo toledano Rodrigo Jiménez de Rada, la cruzada peninsular para combatir a este pueblo.
Toledo fue el sitio de concentración de las tropas (se convirtió en la ciudad de cruzada, hasta ahora había sido “de frontera” ) para recibir a los miles de cruzados europeos－conocidos como francos, tramontanos o ultrapirenaicos － y peninsulares que allí se concentraron para luchar contra el numerosísimo ejército dirigido por el califa almohade Muhammad al-Nasir. Los reinos peninsulares que acudieron a la llamada de Alfonso VIII fueron: Aragón, con su rey Pedro II “el católico”, Navarra y con su rey Sancho VII “el Fuerte”. No acudió el rey de León Alfonso IX ni el de Portugal pero si hubo voluntarios de estos reinos.
La batalla conocida como Las Navas de Tolosa (1212) tuvo lugar en las inmediaciones de la localidad jienense de Santa Elena. Se saldó con la victoria de las tropas cristianas y está considerada como una de las más importantes de la Reconquista. En mi opinión, si el conocido como ”ejército cristiano del Señor”, llamado así por el arzobispo citado, hubiera perdido la batalla, como ocurrió en Alarcos (1195), hoy probablemente estaríamos rezando mirando hacia La Meca.
Yepes, en 1213, se convirtió en señorío ecleasiástico del Arzobispado de Toledo. Raimundo Jiménez de Rada Levantó las murallas sobre la antigua cerca árabe y judía y le otorgó Fuero en 1223 (“estatuto jurídico de una población que otorgaba a los habitantes de esa localidad ciertos privilegios para favorecer el asentamiento en el lugar”) adquiriendo desde entonces el título de Villa e intentando con ello atraer población, cercándose toda la zona poblada. Este prelado , junto con Fernando III, levantaron, a partir de 1226, la catedral de Toledo.
¿Pero quién fue el arzobispo Raimundo Jiménez de Rada que tanto hizo por Yepes? Un hombre excepcional, gran estratega militar y diplomático, con una gran cultura, canciller de Fernando III. Erudito y políglota, fue también autor de una crónica titulada De rebus Hispaniae, conocida como Historia gótica o Crónica del toledano, en la que se describe la historia de España desde sus orígenes hasta 1243. La primera que se escribe ya que hasta ahora se utilizaban las Crónicas para el conocimiento histórico.
Este arzobispo primado de Hispania era el hombre más poderoso de Castilla. Alfonso VIII, con su acostumbrada frialdad y ligereza, le dijo en cierta ocasión: “Tú no olvides clérigo que Dios me ha otorgado como feudo, el reino de Castilla y , por tanto, Toledo. Dios es mi señor feudal. No soy su criado sino su vasallo”.
Rodrigo Jiménez de Rada, señor de la Villa de Yepes, tuvo un papel muy decisivo para asegurar sus límites territoriales, algo amenazados en sus demarcaciones por las Órdenes militares, como la poderosa de Calatrava, la más importante de todas, con gran presencia en Ciruelos, donde fue enterrado su fundador Raimundo de Fitero, y la de Santiago con sede en Ocaña.
Desde este prelado, Yepes fue considerada “su Villa”por todos los arzobispos de Toledo, donde algunos pasaban algún tiempo. La Colegiata de San benito Abad, conocida en la actualidad como catedral de La Mancha es la prueba más fehaciente de la consideración de la mitra toledana por esta Villa.
Por su importancia hoy me atrevo a decir: Yepes aljibe de lozania/ impregnado por los vientos y aires manchegos meseteños/cuna de hombres y mujeres abnegados/ que sembraron la altivez de esta tierra/ presente a lo largo de los siglos/ y que hoy perdura con orgullo entre nosotros.
Si (
No(
