En efecto, estamos siendo testigos de constantes muestras del desembarco de esta metodología. Metodología de tercerización que surge como contrapropuesta al offshoring, partiendo de transferencia de actividades o procesos a un tercero, ya localizado en otro territorio.
El nearshoring en Europa se está volviendo muy común porque propone algunas cuestiones que no pasan desapercibidas en la industria, como por ejemplo la personalización de la experiencia del cliente, que se ve favorecida a partir de unas prestaciones similares, en el entorno conocido.
En ese sentido, si tuviéramos que destacar una virtud del nearshoring por encima de cualquier otra, habría que detenerse en la proximidad, ya que posibilita y facilita una mayor cercanía con las culturas locales, incluso con los idiomas, algo que puede impulsar el marketing allí.
El nearshoring aporta, por tanto, un valor agregado a las marcas que confían en él, ya que maximiza el aprovechamiento de los recursos en un lugar determinado, estableciendo conexiones más profundas con el público, en las distintas partes del planeta donde se halla éste.
Uno de los ejemplos evidentes de esto que estamos diciendo es el del IT nearshoring en España, una opción sumamente atractiva para las empresas que quieren ahorrar dinero en sus departamentos de IT, disfrutando del potencial de grupos de talentos a un coste menor que los que habituales en el escenario nacional, pero con una calidad que nada tiene que envidiar, a diferencia del farshore.
Y esta cercanía, que en principio es física, pronto permite el desarrollo de intereses en común. Comprender modelos de negocios que funcionan en un entorno pero no lo harán en otro es fundamental para ahorrar costes, algo clave en la gestión de los servicios tercerizados.
Si las diferencias culturales y las barreras del idioma pueden ser la causa de una productividad limitada, a la baja, esto explica por qué el nearshoring continúa ganando terreno en la medida en que la escalabilidad se está posicionando como una demanda común de las grandes multinacionales.
Y aunque es cierto que el nearshoring parece no ser la solución más asequible en una primera instancia, la verdad es que las simulaciones y los casos empíricos demuestran que puede multiplicar la respuesta al cliente, no sólo en términos de resolver el problema, sino además de entender cómo razona, cuáles son sus inquietudes, y todo eso que sólo abraza quien allí pasa sus días.
Así, esta transferencia de actividades o procesos a un tercero localizado en otro sitio se antoja una de las grandes revoluciones tanto en materia de marketing como de productividad para los años siguientes, y quienes antes la adopten contarán con una mejor ubicación para hacerse fuerte, desplazando a una postura rezagada a sus competidores.
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