La ciberseguridad es un asunto que preocupa a toda la población por cuanto cada día, aumenta de manera sostenida el número de acciones y actividades que hoy ya solo son posibles, a través de la red. No son pocas las instituciones bancarias y financieras en las cuales ya no se pueden hacer gestiones de manera presencial derivando todas las actuaciones a la operativa digital a través de sus webs.
Esta situación favorece la actuación de los ciberdelincuentes que a través de (también) sofisticados programas informáticos pueden suplantar la identidad de bancos y clientes causando así, estafas tanto a unos y otros. A raíz de la obligada permanencia en casa a causa de la pandemia, muchos usuarios de banca se han visto obligados al uso exclusivo de la red y muchas personas, que no han tenido una cercanía regular con las comunicaciones telemáticas constituyen el objetivo más vulnerable para los ciberdelincuentes que podrían, engañar a estos usuario y ser víctimas de un correo malicioso (aparentemente auténtico) y ser estafados con el consiguiente perjuicio económico si sus cuentas son hackeadas.
El sector financiero es un objetivo atractivo para los actores maliciosos, por la cantidad y el tipo de información que recolectan de sus clientes. En caso de una filtración, los datos pueden ser utilizados por los atacantes para cometer fraude a través del robo de identidad o para ser comercializados en mercados de la Dark Web.
Que soluciones pueden aplicarse entonces?
Sin duda varias y entre las más urgentes e importantes a juicio de los expertos en ciberdelincuencia se encuentran:
De manera prioritaria, urgente y frecuente, debe contarse con la mayor información posible para el público en general y en especial, a los clientes de instituciones bancarias con el objeto de familiarizarles con las diversas prácticas que usan los ciberdelincuentes para los intentos de acceder a sus datos.
Especial atención a estas acciones destinadas a aumentar la seguridad, deben prestar quienes se han acoplado al teletrabajo que, con seguridad, se implementará en mayor o menor medida de forma permanente en los próximos años con lo cual entonces, será necesario extender estas medidas a los hogares dando especial atención a:
Cuidar la información y los datos de los clientes debe ser una de las prioridades para cualquier organización pero en el caso de bancos o instituciones, esta debe alcanzar niveles de máxima preocupación porque los perjuicios económicos a clientes e instituciones son imprevisibles y de gran repercusión.
Una buena manera de aumentar la seguridad de nuestros datos, es diversificar los soportes en los cuales almacenamos la información de los clientes. Es recomendable, por ejemplo, utilizar las posibilidades de la nube ahorrando espacio y disminuyendo el deterioro de discos duros con la ventaja de que permite contar con mayor espacio de almacenaje, y que puede combinarse con otros dispositivos físicos tales como pendrives o discos duros externos.
Amenazas más frecuentes a la ciberseguridad
Dado que todos usamos correos electrónicos y redes sociales, estamos expuestos al robo de datos. Para prevenirlo es bueno establecer conexiones seguras mediante sistemas VPN y protocolos de trabajo rigurosos.
Cuidar el uso de dispositivos móviles
Dado el frecuente uso de teléfonos móviles y tablets, estos constituyen un gran atractivo para los delincuentes cibernéticos. Hay que extremar entonces, el uso y cuidado de estos dispositivos evitando abrir mensajes o avisos sospechosos diseñados para atraer la curiosidad del usuario.
Robo de identidad o Phishing
Mediante este sistema los ladrones roban identidades y suplantan personas normalmente, a través del correo electrónico. Por ello, es recomendable comprobar siempre, la veracidad de los remitentes y fijarse en cualquier signo discordante en el texto. Por lo general estos correos falsos suelen tener graves errores ortográficos o de redacción que serían suficientes indicios para sospechar y no prestar atención a ellos.