“Desde el balcón del domicilio familiar barcelonés en la calle Pau Clarís donde vive con su madre mencionada en varios apuntes, así como la importancia de las ventanas desde donde observa tanto el exterior como su propio interior, sin olvidarnos de los árboles urbanos que con sus aspas plataneras dan vida al encierro obligado”, se explica en el libro, que añade a su prolífica obra no solo poemas sino algunos rasgos de su proceso creativo y afinidades literarias. El libro ha sido publicado por la editorial Los Libros de la Frontera, en la colección El Bardo.
El libro abarca, según el escueto índice: del 14 al 31 de marzo se 2020, en la página 5 a la 140, y, del 1 al 30 de abril de 2020, desde la página 141 a 640
Asuntos de interior y exterior en los versos del poeta, también de la actualidad que entra en lo doméstico por los medios informativos. Los poemas tienen mucho de diario, no en el sentido de dejar constancia de lo sucedido, sino de paisaje del alma en una situación en la que una espada de Damocles parecía pender sobre todos nosotros. Los aplausos convocados a la tarde eran nexo de fraternidad, la lluvia, las gaviotas, las sombras, el helor al final del día… El poeta mira, observa, reflexiona y escribe versos para apresar la visión o las sensaciones. Nada detiene el impulso del poeta; necesita la palabra y con ella da rienda suelta a sentir, a su vivir y a la esperanza.
Poema
“Todos los ruidos del mundo forman un gran silencio”
Todos los hombres del mundo forman un solo
espectro”.
Este vacío final en el que nos ahogaremos todos
dicen
y anuncian estos versos, un vacío que sea un
silencio. Un silencio huérfano
y perdido y al que no prestamos atención podemos
sentir
detrás de todo. Con los ojos, con el corazón, con las
manos.
en cada gesto y en cada beso, en cada abrazo y
estrechar de manos
se esconde en realidad ese silencio. Hacemos ver
que no nos damos
mucha cuenta, pero en el fondo lo sabemos. El
silencio será un vacío,
como la tierra y en él seremos iguales por fin
porque nos hará muertos.