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El arzobispo Antonio Cañizares, el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, y el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente.
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El arzobispo Antonio Cañizares, el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, y el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente.

Los obispos valencianos disparan sus ingresos anuales hasta los 109,5 millones

  • Con unas entradas de 19 millones de euros, la diócesis de Segorbe-Castellón apenas destina 32.485 euros a actividades asistenciales mientras que la de Orihuela-Alicante aumenta los alquileres hasta casi un millón

martes 03 de agosto de 2021, 03:25h

02AGO21 – MADRID.- La contabilidad de la Iglesia valenciana presenta una buena salud de hierro en materia financiera. Sin obligación de pagar IBI y con numerosos bienes públicos inmatriculados, los obispos valencianos han cerrado las últimas cuentas con unos ingresos en los que destacan los fondos obtenidos por alquileres de bienes inmuebles y las herencias y legados embolsados. En total, las diócesis y la archidiócesis han ingresado 109,5 millones de euros en 2019, el último ejercicio disponible.

La Archidiócesis de Valencia ingresó 49 millones de euros. El grueso de sus ingresos proviene de las aportaciones de los fieles mediante colectas (23,7 millones de euros), seguido por la asignación tributaria del Fondo Común Interdiocesano (12,6 millones). En materia de ingresos por patrimonio y otras actividades, Cañizares ha ingresado 474.113 euros por ingresos financieros y 3,5 millones por actividades económicas. Los ingresos por servicios ascienden a cuatro millones, mientras que las subvenciones públicas corrientes suponen un millón de euros.

Las cuentas de la Archidiócesis de Valencia reflejan ingresos de 1,3 millones de euros por alquileres de inmuebles. La Iglesia Católica cuenta con una singular ventaja en materia inmobiliaria: está exenta del pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que abona religiosamente cualquier propietario ajeno a la poderosa institución.

Cañizares ha gastado 7,2 millones en actividades asistenciales; 4,7 millones en actividades pastorales y 2,3 millones en "ayuda a la Iglesia Universal". La retribución del clero ha ascendido a 10,6 millones entre sueldos de sacerdotes y religiosos, además de las cuotas de la seguridad social y otras prestaciones sociales. La retribución del personal seglar se lleva 3,7 millones, entre salarios y seguridad social.

La Archidiócesis de Valencia destina también 2,1 millones a centros de formación, incluyendo la Facultad de Teología. En materia de conservación de edificios, registró unos gastos de 6,7 millones. los gastos de funcionamiento ascendieron a 7,8 millones mientras que las amortizaciones supusieron 1,5 millones. En el apartado de gastos extraordinarios, Cañizares registra 1,7 millones en devolución de préstamos bancarios de los templos.

El arzobispo Cañizares, uno de los puntales de la disidencia ultraconservadora contra el papa Francisco, mantiene un tenaz control sobre la Universidad Católica de Valencia, una institución educativa privada regada con subvenciones públicas por los anteriores gobiernos autonómicos del PP (y especialmente mimada por el expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps), cuya fundación tuvo hasta 2015 una sociedad de inversión de capital variable (Sicav) con siete millones de euros de patrimonio.

El obispo Jesús Murgui dobla los ingresos por alquileres

La diócesis de Orihuela-Alicante que dirige el obispo Jesús Murgui ha disparado sus ingresos por arrendamientos hasta los 925.299 euros, más del doble que el ejercicio anterior, en el que los alquileres proporcionaron 453.892,34 euros, un 5% del total. Los alquileres de la diócesis han ido en aumento desde 2017 (195.675 euros) y coinciden con un incremento de los ingresos por herencias y legados (de apenas 14.638 euros en 2017 pasan a 122.969,34 al año siguiente).

Las aportaciones de los fieles, mediante colectas y suscripciones, ascendieron a 9,5 millones y la asignación tributaria del Fondo Común Interdiocesano supuso unos ingresos de 4,6 millones. Los ingresos financieros alcanzaron 1,4 millones mientras que las ganancias por servicios supusieron 5,9 millones y las provenientes de instituciones diocesanas, 2,6 millones. La diócesis de Orihuela-Alicante obtuvo subvenciones públicas corrientes por valor de 15,5 millones.

Así, el obispo Jesús Murgui apenas ha gastado 920.653 euros en actividades asistenciales. Además, también han destinado 800.045 euros a actividades pastorales; 547.640 euros para otras entregas a instituciones diocesanas y un millón a "ayuda a la Iglesia universal".

La retribución del clero alicantino ha ascendido a 4,6 millones, entre sueldos de sacerdotes y religiosos, cuotas a la seguridad social y otras prestaciones sociales. Los salarios y la seguridad social del personal seglar suponen unos gastos de 17,1 millones. Además, la contabilidad de la diócesis de Orihuela-Alicante refleja aportaciones a centros de formación por valor de 597.713 euros; gastos de funcionamiento y de conservación de edificios por 10 millones, y desembolsos extraordinarios, incluyendo programas de rehabilitación, de 2,5 millones.

El obispado alicantino es el único que incluye en su portal de transparencia su contabilidad de los ejercicios anteriores y anota los gastos en impuestos. En 2018, con unos ingresos totales de 9.078.105,48, sólo tuvo que pagar unos modestos 4.196,74 euros en tributos e impuestos.

Segorbe-Castellón: 19,6 millones en ingresos y 32.485 euros para asistencia social

La diócesis de Segorbe-Castellón, que dirige el obispo Casimiro López Llorente, ingresó 843.206,54 euros por alquileres de inmuebles en 2019, el único ejercicio que tiene publicado en el portal de transparencia. A esa entrada de capital, se suman 2,4 millones por "actividades económicas" sin desglosar y 148.359,69 euros de ingresos financieros.

Con una asignación tributaria de 3,1 millones, la diócesis castellonense se embolsa además 2,3 millones por servicios y publicaciones; 3,3 millones por subvenciones públicas, y seis millones de ingresos provenientes de instituciones diocesanas. En total, sus ingresos han ascendido a 19,6 millones de euros en 2019.

La diócesis de Segorbe-Castellón destina dos millones de euros a retribución del clero (entre sueldos sacerdotales y religiosos, cuotas de la seguridad social y otras prestaciones) y 8,7 millones de euros para la conservación de edificios y gastos de funcionamiento. Los salarios y la seguridad social del personal seglar suponen otros 5,5 millones de euros adicionales.

En 2019, tuvo unos gastos extraordinarios de 1,6 millones de euros en programas de rehabilitación. Las actividades asistenciales se llevaron unos modestos 32.485 euros (sólo en actividades pastorales se gastaron 104.838,80 euros). El documento de estado de ingresos y gastos no indica los fondos destinados a tributos e impuestos.

Además, la diócesis de Tortosa, que incluye más de una treintena de municipio castellonenses tuvo unos ingresos de 7,6 millones de euros. El grueso de sus ingresos (2,4 millones) provienen de rendimientos de patrimonio.

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