Respecto a esta afirmación, y refiriéndonos a vinos tranquilos y espumosos, destacar la familia Santacana, que en 1918 fundó en el Penedés Bodegas Montesquius. Comprometida con una viticultura innovadora, e implicada en el respeto del entorno natural de su viñedo, que fue plantado mayoritariamente (aunque no exclusivamente), con variedades autóctonas que son las mejor adaptadas a su zona geográfica. La bodega, que practica la agricultura ecológica - dentro del concepto de vitivinicultura ancestral -, tanto en las vides vernáculas como en las transpirenaicas, oxigena las tierras de sus viñas con cubierta vegetal, y la enriquece utilizando exclusivamente abonos verdes y orgánicos.
Todo ello, entre otras cuidadosas prácticas saludables en la fase de vinificación, es requisito fundamental para la elaboración de vinos ecológicos. Como este cava de añada, con ¡más de 28 meses de envejecimiento en sus bodegas subterráneas: Montesquius Viticultura Ecológica Reserva 2018 Brut Nature (sin adición de azúcar), de largo envejecimiento y pleno de elegancia. Elaborado con el método tradicional champenoise, macabeo (60%) y xarel·lo (40%).
Su finura en boca, destaca en copa culminando en un rosario de finas burbujas, y echa por tierra la injustificada mala fama, que achaca una cierta rusticidad y simpleza a los vinos ecológicos. Lo natural del contenido en este cava - es un Brut Nature ecológico -, se incorpora también al continente: Botella con etiqueta de corcho impresa con tintas ecológicas, y tapón de corcho natural sujetado con la clásica grapa. (Tan poco común hoy en día, antaño, la grapa fue la tradicional sujeción del corcho en la presentación de espumosos). Entre otras certificaciones ecológicas, este cava incorpora el V-Label, sello único de calidad europea para los productos veganos y vegetarianos.
La referida firma, elabora los conocidos Naturelovers: vinos tranquilos y cavas varietales. O las conocidas Brisas Marinas, vinos blancos mediterráneos elaborados con chardonnay, moscatel de grano menudo, y un rosado de garnacha tinta. Aunque más recientemente, con vistas a fechas primaverales y veraniegas, Montesquius en un giro copernicano innovador, acaba de sacar al mercado cuatro nuevas elaboraciones blancas de Brisas Marinas. Esta vez, todas ellas hechas con variedades peninsulares.
Unas están influenciadas por el Mediterráneo interior, otras por el Atlántico, y aquellas que obtienen rendimientos óptimos en la climatología continental patria. Son vinos blancos, 100% monovarietales, que incorporan los terroirs de Rías Baixas (albariño), Bierzo (godello), Rueda (verdejo), y Terra Alta (garnacha blanca). Además del conocido vino blanco, típico del Penedés, que elabora desde siempre la bodega catalana.
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