Abascal comenzó mostrando su solidaridad con los guardias civiles heridos tras el último salto de la valla de Melilla protagonizado por inmigrantes, que calificó como "ataque a la soberanía", y recordando que entró en política para defender a su padre, militante del PP en el País Vasco amenazado por ETA.
En este sentido, volvió a reclamar el contenido íntegro de las actas de la negociación entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la banda terrorista ETA y también censuró que se entrevistara a Arnaldo Otegi en la televisión pública.
"Más allá de pactos secretos, abandonen toda esperanza: nunca lograrán sus objetivos políticos y criminales", dijo el líder de Vox, que al igual que Ciudadanos pidió la dimisión del ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, por los incidentes en el Orgullo. Abascal calificó al PSOE como los "grandes arquitectos de los cordones sanitarios y las políticas de apartheid".
Sánchez, por su parte, utilizó su respuesta al líder de Vox, para atizar a los presidentes de PP y Cs, Pablo Casado y Albert Rivera, por los acuerdos que alcanzó con esa formación en comunidades y ayuntamientos. A su entender, están viendo un "retroceso" en los planteamientos de esos dos partidos por sus pactos con la ultraderecha.
En su réplica, el presidente del Gobierno saludó que la representación de la "ultraderecha" en España sea menor que en otros países europeos, pero recalcó que el "problema" es la "irresponsabilidad" de PP y Cs.