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El Instituto Cervantes de Dublín tiene que readmitir o indemnizar a una de sus trabajadoras, en 1998

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid consideró que el despido era improcedente

jueves 03 de marzo de 2016, 01:11h

Remitido por José Antonio Sierra

G.M. Dublín.- EL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE MADRID ha condenado al Instituto Cervantes de Dublín a readmitir en su puesto de trabajo o indemnizar a Loreto Calderón Felices por considerar que su despido ha sido improcedente. La dirección de esta institución alegó que la trabajadora había quebrantado el respeto mutuo en el que se debe basar toda relación laboral, mientras que el tribunal ha considerado que las intenciones de Loreto Calderón eran beneficiar al Instituto Cervantes. Esta no es la primera vez que esta organización debe acatar decisiones judiciales en contra.

El Tribunal de Justicia de Madrid ratificó la sentencia por la que se condenaba al Instituto Cervantes de Dublín a readmitir en su puesto de trabajo como auxiliar administrativo a Loreto Calderón Felices, o, en su defecto a pagar una indemnización por despido improcedente.

La sentencia considera que las protestas llevadas a cabo por la demandante contra esta institución tenían como único objetivo promover la defensa del Instituto Cervantes y la buena imagen de España en Irlanda, denunciando una situación que consideraba irregular, por lo que la justicia consideró que Loreto Calderón no transgredió la buena fe contractual ni fue ofensiva con ninguna persona concreta que pertenezca al centro en el que ella desarrollaba su trabajo. El tribunal deja abierta la puerta para que la institución presente un recurso de casación para la unificación de doctrina.

Despido improcedente

Las causas que provocaron el despido están claras y ambas partes coinciden en la narración de lo sucedido, pero difieren en el objetivo de las actuaciones de la auxiliar administrativa que fue despedida.

Loreto Calderón había solicitado a los responsables del centro que cortasen de raiz la corrupción que fomentaba activamente la creación de camarillas de amigos personales que se repartían entre sí cargos y promociones. Su última comunicación con los miembros directivos fue mediante un fax en el que expresaba que "El Cervantes es la imagen de España en el exterior, por tanto debería ser una institución impecable con procedimientos diáfanos y con una reputación del más alto orden" y que realmente era "una institució secretista" y que "la alta ejecutiva está fallando catastróficamente con la tarea que le fuera encomendada".

Estos escritos fueron los motivos que aducieron en la carta de despido de esta trabajadora que llevaba doce años prestando sus servicios a esta institución, ya que el nuevo director del Centro Cervantes de Dublín consideró que con ellos se trasgredía "el respeto mutuo que toda convivencia laboral exige".

Finalmente, la justicia se inclinó por considerar que la carta dirigida por la auxiliar administrativa al director del centro tenía como finalidad "promover la defensa del mismo y la buena imagen de España en irlanda, denunciando una situación que consideraba irregular".

En la sentencia también se recoge que "con independencia de que su acusación fuese acertada o no se presentaron ante la persona competente para atender e investigar la misma, y por vía interna sin dar publicidad al escrito", lo que muestra un exceso de celo en el desempeño de su función y por lo tanto el tribunal aprecia la improcedencia del despido efectuado por el Instituto Cervantes.

Un Instituto con muchas quejas

Esta no es la primera vez que el Instituto Cervantes de Dublín recibe protestas y que tiene que acatar protestas una condena de la justicia española en su contra por el despido improcedente de sus trabajadores.

En su momento, esta misma sala del Tribunal Superior de Justicia de Madrid había obligado a esta institución a readmitir en su puesto de trabajo o indemnizar a José Antonio Sierra Lumbreras por considerar que su despido era improcedente. Este miembro del Instituto Cervantes de Dublín que llevaba 23 años trabajando en esta institución, realizó las funciones de jefe de actividades culturales y de director en funciones desde 1992. Este último cargo lo abandonó con la llegada de una nueva persona para ocupar el puesto de durector. En noviembre de 1994 recibió una carta en la que se le comunicaba su despido siendo condenado el Instituto Cervantes por el Tribunal de lo Social y Superior de Justicia de Madrid a readmitir o indemnizar a José Antonio Sierra por despido improcedente.

Pero la vía judicial no es la única contra la que ha tenido que luchar el Instituto Cervantes de Dublín, ya que el Comité de Empresa de la Sede Central del Instituto Cervantes en Alcalá de Henares (Madrid) , que representa a todos los trabajadores de los institutos Cervantes, así como otros sindicatos, también han llevado a cabo acciones de protesta por el funcionamiento de esta institución.

El Comité de Empresa remitió una carta al director del Instituto Cervantes en Alcalá de Henares en referencia al despido de José Antonio Sierra considerando que "este tipo de despido se aplica en casos extremos y debería ser precedido de una serie de avisos previos, tanto al Comité de Empresa como al propio afectado, que no se han realizado en esta ocasión". El comité también resalta que con esta medida " se niega a los trabajadores la posibilidad de defenderse y de enmendar o corregir los daños causados por la conducta de que se le acuse".

Por su parte, la Confederación de Sindicatos Independientes y Sindical de Funcionarios

solicitó al Ministerio de Asuntos Exteriores que iniciase una investigación en relación con el despido del ordenanza Nicholas Philip Caffrey que se relaciona con el despido improcedente del anterior director Sierra Lumbreras. El ordenanza había presentado una denuncia contra el Instituto Cervantes en el juzgado de lo Social de Dublín, pero no pudo realizarse ya que esta institución y su director gozan de inmunidad diplomática en Irlanda.

Fuente

Galicia en El Mundo

3-9 de agosto de 1998

Vigo, España

DESPIDOS IMPROCEDENTES DEL INSTITUTO CERVANTES DE DUBLÍN (1994-1997)

El 1 de junio de 1993, Don Francisco Javier Odriozola Lino fue nombrado nuevo director del Instituto Cervantes de Dublín, Irlanda, (1993-1997).

Despido de José Antonio Sierra Lumbreras

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El 22 de noviembre 1994, el Sr. Odriozola Lino llamó a sus despacho a Don José Antonio Sierra Lumbreras para entregarle una carta de despido disciplinario firmada por Don Nicolás Sánchez-Albornoz, director del Instituto Cervantes, Alcalá de Henares (Madrid).

El Tribunal de lo Social y Superior de Justicia de Madrid declararon su despido improcedente.

José Antonio Sierra Lumbreras fue el promotor, fundador y director del Instituto Cultural Español de Dublín (1971-1992). En 1992, el Instituto fue transferido a la red de centros del Instituto Cervantes y pasó a denominarse Instituto Cervantes de Dublín. José Antonio Sierra pasó ocupar el cargo de Gestor Cultural y Director en Funciones del centro (1992-1993). Ocupó el cargo de Gestor Cultural desde el 1 de junio de 1993 hasta el día de la fecha de su despido el 22 de noviembre de 1994. Asímismo, continuó ocupando el cargo de Agregado Cultural Honorario de la Embajada de España en Dublín hasta el 15 de junio de 1995.

Despido de Don Nicholas Caffrey

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En 1996, Don Nicholas Caffrey ordenanza del Instituto Cervantes de Dublín, presentó una demanda por despido sobreentendido o analógico "constrictive dismissal" ante el Tribunal de lo Social de Dublín. El Instituto Cervantes y su director no comparecieron ante el tribunal por gozar el instituto y su director de inmunidad de diplomática.

Despido de Dña Loreto Calderón Felices

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El 3 de noviembre de 1997, Doña Loreto Calderón Felices recibió una carta de despido disciplinario del Instituto Cervantes de Dublín.

El Tribunal de lo Social y el Superior de Justicia de Madrid declararon el despido improcedente.

Tribunal de Cuentas

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En 1998, Don José Antonio Sierra Lumbreras solicitó una investigación al Tribunal de Cuentas sobre el Instituto teniendo en cuenta que el importe total en indemnizaciones por los despidos improcedentes ascendió a más de 26 millones de pesetas.

Respuesta:

TRIBUNAL DE CUENTAS . Registro General 01.07.98 014634

SALIDA

En relación con los escritos de 13,16 y 20 de los corrientes remitos por VD. a la Presidencia de este Tribunal rogando se ordene una investigación sobre el Insituto Cervantes de Dublín, tengo que significarle que, de acuerdo con lo previsto en el artículo 45 de la Ley Orgánica 2/82, de 12 de mayo, del Tribunal de Cuentas, la iniciativa fiscalizadora corresponde, exclusivamente, al propio Tribunal, a las Cortes Generales y, en su ámbito, a las Asambleas Legislativas u otros órganos representativos análogos que se constituyan en las Comunidadades Autónomas.

Madrid, 1 de julio de 1998

Firmado

El Secretario General

Fdo: José Antonio Pajares Giménez

Sr.D. José Antonio Sierra. Box No.4390, Dublín, 4, Irlanda.

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