Los intervinientes en el uso de la palabra agradecieron a los artistas la donación de las obras en favor de los objetivos de la Fundación Educación y Familia. El espacio Conde de Rodezno es un edificio circular espléndido en el que lucían las obras de arte expuestas en paneles.
Casi un centenar de piezas componen la exposición en la que pueden verse óleos, fotografías, dibujos y grabados. Entre los artistas: Antonio López, Mercedes Ballesteros, Juan Jiménez, Susana Alonso, Rosa Gallego, Pablo Reviriego, Antonia Nieto, Vicente Arnás, Manuela Picó, Eduardo Cárcamo, Ana Vivas, Manuel Oyonarte, Maica Nöis, Juan Núñez, Nati Cañada, Manolo Ortega, Dolores de Lara, Paco Molina, Paloma Porrero de Chávarri, Vicente Arnás, José Luis Olea, María Pilar Morales, Chus Fernández, Solange da Acosta, Yolanda Moreno, Carmen Brías, Gloria Vázquez, Jorge-Xavier Morato, Inga Ivanova, Daniel Merino, José Miguel Moral, Guluaga, Concha Fernández, Eduardo Mazariegos, Concha Mayordomo, Antonia Dávalos, Cristobal, Florentina Briongos, Belén Elorrieta, Héctor Delgado, Juan Gómez-Acebo, Aracely Alarcón, Cristina García del Vado, Paulo Ferrerira, Juan Fernández, Ana Vivas, Joao Velho, Liane Katsuki, etc.
José Luis Romeral expone una amplio número de cuadros sobre su serie Dulcinea de Melque y abstracciones. El artista ha llevado a cabo recientemente una instalación arquitectónica en un edificio de Madrid.
Los artistas asistentes a la exposición tienen visitan la catedral de Pamplona, el Museo de Oteiza y el castillo de Olite. Los actos estuvieron patrocinados por Mapfre, Propiedad de Arinzano, Mm Comidas Mayte Montes, Peleterías Groenlandia y El Baluarte. El coctel de recepción estaba firmado por el chef Manuel Martínez.
ARTE COMO LENGUAJE DEL ARTISTA
Julia Sáez-Angulo, miembro de la Asociación Internacional AICA ha escrito en el catálogo:
“Quiero un instante de belleza a diario” decía recientemente la periodista y escritora Ángeles Caso en uno de sus artículos. Convivir con una obra de arte que nosotros hemos seleccionado y adquirido supone una experiencia y comunión singular con la mente creadora del artista que la concibió.
Con el arte se dialoga de la misma manera que se hace con una reflexión literaria o filosófica, porque el arte es en primer lugar concepto, idea germinal que sale de un discurso propio del autor que la genera, antes de condensarse en la materia y la forma.
El arte no es sólo estética, sino belleza y pensamiento, aunque la representación no sea precisamente de una beldad, pero sí la factura de su forma. El arte ha sido considerado como un lenitivo de la vida por muchos críticos y ensayistas. Su presencia, cuando se conecta con la obra, consuela, estimula, alegra la existencia, nos proporciona sensaciones gratas y aumenta las endorfinas, como el amor.
Y no es que el arte tenga que ser necesariamente solemne o mayestático. El arte puede contener, amor, humor, ironía, crítica o denuncia, pero su lenguaje es impostado como suele serlo el de buena parte de la creatividad humana. Cierto que la belleza es un polo magnético catalizador de las miradas, pero la belleza en el arte se abre a numerosas interpretaciones, estilos y lenguajes. Es la representación singular de cada creador, de cada artista. ¿Qué es el arte sino la expresión de uno mismo, de aquel que lo realiza?”