La primavera llega a Monvínic con productos de temporada y catas de altura

El concepto de mountain wine, entendiendo como tal los vinos elaborados con uva procedente de viñedos situados a considerable altitud y plantados en las laderas de las montañas, no deja de cobrar impulso a nivel mundial, sobre todo en un entorno de cambio climático. Los vinos de montaña poseen, fruto de las virtudes propias de estos viñedos –mayor intensidad de la radiación solar, suelos poco fértiles, clima fresco, fuerte contraste térmico noche/día, menor riesgo de heladas- un estilo personalísimo, caracterizado por la pureza e intensidad de sus aromas, una briosa acidez que les confiere un frescor y una profundidad inusitadas, una estructura firme, y una armonía y elegancia difíciles de hallar. La personalidad que irradian los vinos seleccionados, procedentes de todo el mundo, son buena prueba de lo dicho.

El lunes 19, martes 20 y miércoles 21 de abril, a las 20:00 h., dirigido por César
Cánovas y por Antonio Giuliodori –quienes han obtenido el tercer puesto en el 3er Premio
de Cata por Parejas organizado por Vila Viniteca, y que contó con 120 parejas competidoras de todo el mundo- tendrá lugar una nueva entrega de la popular Iniciación a la cata de vinos en tres sesiones. Un programa completo que integra los tres cursos que se consideran fundamentales para obtener una sólida base en la degustación de vinos, y poder así disfrutar más que nunca de sus infinitos placeres. La primera sesión abordará el abecé de la cata y permitirá adquirir los rudimentos para los dos cursos siguientes. La segunda clase tratará principios fundamentales de viticultura, explicando de qué manera aspectos tales como la poda, los sistemas de conducción de la viña, el clima, los suelos, la topografía o la orientación de los viñedos inciden en el estilo del vino. El momento de la vendimia marcará el punto de partida del tercer curso, que servirá para entrar en el proceso de vinificación y de crianza, etapa asimismo de crítica importancia para la calidad final del vino.

En el apartado gastronómico, después del gélido invierno y con la llegada de la primavera, hay toda una explosión de la naturaleza. Es temporada de las colmenillas y setas de Sant Jordi, de las flores y las hierbas aromáticas de Balaguer, de los espárragos en todas sus variedades blancos de Gavá, verdes del Maresme, espárragos de los bosques de Cataluña, los trigueros de alta montaña-. Del mar comienzan a ser buenísimas las sepietas, el pescado azul inicia su entrada en el Mediterráneo bien relleno de grasa, y también hay caballas, sardinas y anchoas.

Las terneras lechales volverán en breve a pastar por los Pirineos, además ya se ofrecen las
maravillosas xicoies del Pirineo, enciams de font y en conjunto, todas las hierbas y ensaladas de alta montaña que surgen del deshielo.