Aparte de esto, y analizando fríamente la situación, hay que reconocer que esta jugada (que no otra cosa) de Sánchez es una muestra más de su increíble “cintura política” que cual eximio boxeador, mueve ágilmente para esquivar los arteros golpes de sus rivales.
Con su anunciada posibilidad de dimisión o abandono del cargo, Sánchez ha conseguido desarmar a sus rivales en su “apostolado” de injurias, calumnias, insultos y descalificaciones ya que ha conseguido que la Oposición por algunos momentos, creyera que había ganado el pulso a Sánchez y que éste, no tenia otro camino que abandonar.
Pero Sánchez es más listo que todos los peperos y “voxeros” juntos. Ya se sabe que inteligencia y Ultraderecha son términos antónimos y no ha sido difícil para Sánchez, diseñar la estrategia para desarmar a sus rivales. Después del amago de dimisión a causa de los ataques a su persona y a su esposa y habiendo “contentado” a la ultraderecha por algunas horas,… ¿podrá la cúpula del PP volver con los mismos manidos ataques?… ciertamente no, porque estos, perdieron fuerza con la reacción de Sánchez.
A la ultraderecha le ha ocurrido lo mismo que le sucede al amante despechado que presiona y amenaza a la esposa infiel con contarle todo al marido hasta que ésta, se harta y decide agarrar el toro por los cuernos y es ella misma quien revela a su marido, todas sus infidelidades. Entonces, desaparecida el arma del amante despechado, éste se queda en la nada misma. Ya ha perdido todo el poder que tenía con sus amenazas. Salvando las distancias, Sánchez ha despojado de un plumazo a la ultra derecha de toda su sarta de amenazas, calumnias e injurias. Creo que queda Sánchez para rato.