Por su parte la defensa roja tuvo un escaso trabajo, por haber dejado los europeos la iniciativa a los sudamericanos. Así, se fueron al descanso con un marcador sin inaugurar.
Solamente en el segundo lapso Chile motivado por algunos cambios, logró plasmar ese rol más protgónico mostrado en la primera etapa. Minutos después vinieron algunas modificaciones y con Alexis Sánchez, Charles Aranguiz y Eduardo Vargas en cancha, la cosa cambió notoriamente. Fue así como este último aprovechando un largo y medido pase aéreo de Sánchez logró superar al eficiente portero europeo con un toque de cabeza preciso en el corazón del area rival. Posteriormente sería otra vez el ingenio del mismo Sánchez que propició la corrida de Mauricio Pinilla con balón dominado y el ariete casi recién ingresado, entrando por el vértice izquierdo del area irlandesa definió certeramente con un ajustado tiro cruzado.
Claro está que la consolidación anímica de la actuación chilena, pareció producirse en los últimos 15 minutos, en los cuales saltó al campo un recién intervenido quirúrgicamente de su rodilla hace menos de un mes, Arturo Vidal (Rey Arturo), quien al igual que el Cid Campeador, animó a sus hombres y descompuso a las huestes rivales con su sola presencia. Se le vio bien marcando presencia, incluso probando suerte con un disparo directo al arco rival, interceptado por el golero visitante.
De este modo “la roja” se despidió del público chileno en Valparaíso, en el estadio que desde hace un tiempo lleva el nombre de un grande del fútbol de otrora: “Estadio Elías Figueroa” (a quien se le vió en las graderías siguiendo animadamente el encuentro.