La idea ha surgido de la "cabeza inquieta" de uno de los socios de la compañía Securybag y consiste en un sistema de anclaje del cableado de los tendidos eléctricos, que ya es conocido por las administraciones públicas y que está en fase de estudio para poder implantarlo en algunas infraestructuras como polígonos industriales.
Juan Andrés Díaz ha explicado a Efe que la proliferación de robos de este tipo en España fue lo que le animó a darle vueltas a un sistema que pudiera frenar esta actividad delictiva.
Entre 2007 y 2011 el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil se han incautado de más de 625 toneladas de cobre y han detenido e imputado a casi 12.000 personas por estas prácticas, según los últimos datos aportados por el Ministerio del Interior.
El auge de este tipo de robos está directamente relacionado con el valor de mercado de este metal, que en este momento ronda los 10.000 dólares por tonelada.
Ante este panorama y después de darle vueltas a la idea durante meses, Juan Andrés Díaz cree que la mejor forma de frenar a los ladrones de cobre es colocar su sistema de anclaje, que se basa en contrarrestar el 'modus operandi' de los cacos.
Lo que hacen los delincuentes cuando llegan al lugar donde quieren perpetrar el robo es realizar un corte en dos puntos accesibles del cableado y tirar desde uno de los extremos hasta apoderarse del metal.
La filosofía de este sistema antirrobo consiste en colocar en medio de esos dos puntos del cableado una arqueta que queda oculta a la vista e inaccesible al colocar encima hormigón.
En el interior de esta arqueta se fijaría un sistema de topes que impide que el cable sea arrastrado por los ladrones. El diseño de esta herramienta incluye una serie de pruebas de resistencia que han determinado, según la explicación de Díaz, que los cacos necesitarían de una fuerza mecánica muy superior a la que usan actualmente para lograr su objetivo.
Securybag confía en que sus ofrecimientos a las administraciones vayan calando y la dotación de este sistema se incorpore a los criterios que deban cumplir las empresas adjudicatarias de la instalación de los tendidos eléctricos en el futuro próximo.
"Es una inversión", ha zanjado Díaz, quien advierte de que al tratarse de instalaciones de primera necesidad tienen que ser restablecidas para dar servicio a los ciudadanos, lo que supone un incremento del coste que puede evitarse con la colocación de este sistema de anclaje, cuyo coste aproximado es de 200 euros.
Aunque existía la posibilidad de que otras empresas se dedicaran a la fabricación de este sistema, los impulsores de Securybag y los ingenieros que les asesoran asumirán la fabricación de estas arquetas, con lo que pretenden generar empleo directo en función de la demanda de los clientes.
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