Este martes puso el broche de oro a su proyecto con la inauguración de la mayor planta del mundo de deconstrucción molecular de vino, ubicada en el Centro de Interpretación Vitivinícola Emina, en Valbuena de Duero, y en la que participaron el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y la ministra de Ciencia, Innovación y Tecnología, Cristina Garmendia.
Estas instalaciones, de 1.500 metros cuadrados, son un "hito español de innovación", al convertirse en la primera planta del mundo capaz de desalcoholizar un vino natural hasta un contenido alcohólico de 0,5% grados para EminaSin, y de 0,0% para su variedad EminaZero.
"No sólo hemos creado una nueva categoría de producto, el vino 0,0%, sino que Matarromera generó el proyecto de la práctica enólogica de desalcoholización aprobado por la Unión Europea y podemos decir que hemos abierto camino como pioneros a nivel comunitario", explicó Carlos Moro, presidente del Grupo Matarromera.
Proceso
El proceso para convertir el vino convencional en uno sin alcohol es complejo y conlleva muchas horas de investigación en los laboratorios, aunque el grupo vitivinícola asegura que como en todos los vinos, el procedimiento comienza en la propia viña, donde ya conocen que uva dedicarán a este tipo de caldos. Una vez seleccionada y recogida la uva y convertida en vino, se lleva a esta planta de deconstrucción molecular donde comienza el proceso de producción, que consta de tres fases: desaromatización, desalcoholización y reconstitución organoléptica.
En la primera fase, los compuestos aromáticos más volátiles se separan, obteniéndose aromas sin alcohol del vino de partida. En la desalcoholización, el vino desaromatizado se divide en dos fracciones, etanol de unos 60 grados y vino sin alcohol. En la tercera y última fase, la reconstitución organoléptica, se incorpora aromas sin alcohol y aditivos alimentarios de segunda generación hasta lograr sus marcas ya existentes en el mercado nacional e internacional, EminaSin y EminaZero, en cualquiera de sus vertientes, tinto, blanco o rosado, que conservan todas las propiedades del vino que son beneficiosas para la salud como son los polifenoles, antocianos y antioxidantes.
Consumidores
Deportistas de élite, personas de la tercera edad, jóvenes, mujeres embarazadas, diabéticos, conductores profesionales y personas que por cuestiones de creencias no puedan consumir alcohol, son algunos de los potenciales consumidores que pueden ver en el vino sin alcohol una alternativa saludable.
Como ya se demostró con la cerveza años atrás "el vino y su deconstrucción molecular permite enormes posibilidades al consumidor, pero con el añadido de que el vino es un producto con mayor dificultad bioquímica y su consumo moderado está considerado como saludable para el organismo", señaló Carlos Moro, presidente del Grupo Vitivinícola, quien añadió que para la elaboración se sus caldos se utilizan las mejores uvas de las denominaciones de origen de Ribera de Duero, Cigales y Rueda.
Para poner en marcha este proyecto la inversión que ha realizado el Grupo Matarromera, con la participación de diferentes administraciones europeas, nacionales y autonómicas, alcanza los 7 millones de euros, de los cuales 3,72 corresponden a la inversión de proyecto de la planta de deconstrucción molecular, y el restante a I+D+ i. Las nuevas instalaciones permitirán, además producir hasta 9 millones de litros de EminaSin y EminaZero.