TURISMO POR EL MEDITERRÁNEO
MARRAKESH: Entre lo imperial y los contrastes de paisaje y culturales
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
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Un atardecer en Marrakesh |
Visitar Marruecos llevaría mucho tiempo por su variedad cultural y paisajística. Una de las ciudades imperiales preferidas en primera visita es Marrakech, que ha dado origen al nombre de todo el país y se cataloga como la más hermosa del Magreb. Su situación permite que sea punto de referencia para conocer varios lugares de interés.
Entre los grandes atractivos de las ciudades de Marruecos, se encuentra Marrakech, ciudad imperial y de referencia como visita obligada en cualquiera de los itinerarios turísticos del país.
Una vez situados en la ciudad, nuestra estancia nos invita a introducirnos en su mundo, lleno de contrastes y de colorido peculiar, mezcla de razas entre árabes puros, bereberes y negros, que nos hacen con su hospitalidad, participar del viaje con un amplio contenido cultural y turístico, que no se va a olvidar.
Marrakech, en el Marruecos Central, es la capital de la wilaya del mismo nombre, con 1,5 millones de habitantes y punto de referencia económico de la región del Tensif, con buenas comunicaciones y por otra parte, ciudad universitaria. Al pie de las cimas del Atlas, Marrakech se sitúa como una de las ciudades preferidas por los turistas que eligen Marruecos como punto de destino de vacaciones.
Los orígenes de la ciudad no están claros, pero se acepta que comenzó en un campamento militar establecido por Abu Bekt, un gran jefe almorávide, en 1070. Su primo y sucesor, Yusef Ben Tachfín convierte el oasis originario en una capital digna de su imperio.
Medina
Fundada en el siglo XI por los almorávides, la medina se caracterizó en el siglo XII por los almohades. En su casco antiguo se puede apreciar una muralla de barro comprimido rojizo, con un largo de 12 km. Se distinguen once pórticos, entre los que destacan Bab Aguenaou, Bab Rhemat, Bab Aileny, Bab Doukkalay. Resulta con especial interés, un paseo en coche de caballos para recorrer toda la muralla y apreciar su encanto.
En el interior de la medina se encuentran los zocos más extensos de Marruecos. Para esta visita, necesitaríamos una guía, por su amplitud, pero caben destacar, por su colorido, las calles de los tintoreros de lana, especias, babuchas, cobre y bisutería. Es un laberinto muy variado de calles y allí siempre se van a ofrecer habitantes para acompañar en la visita. El turista decide y puede emplear todo el tiempo que requiera la necesidad de sus compras.
Un punto de referencia emblemático de la ciudad es el famoso minarete de 77 m. de altura incluyendo su cúpula, en la mezquita Koutoubia, gemela de la Giralda, que domina toda la altiplanicie de Haouz, y como fondo sur la barrera del Atlas. Es un templo con diecisiete naves principales y una nave transversal paralela a la kibla, orientación a la oración. Comenzó su construcción en 1158 bajo el dominio del sultán Abd el Moumen y terminó su nieto Yacoub el-Mansour entre 1184 y 1189.
Tiene especial interés y se encuentran como referencia en la visita, la Medersa Ben Yousef, edificio cultural del siglo XIV, que fue la mayor escuela coránica del Magreb. Su decoración en las superficies del patio interior, alrededor del cual se agrupan las cámaras de los estudiantes, está en consonancia con la ornamentación morisca.
Palacios y calles
Además, el Palacio de la Bahía, antigua residencia de los visires Si Mousa y Ba Ahmed, con una extensión de 80 hectáreas, edificado a finales del siglo XIX. En sus diferentes salas, se puede contemplar el lujo morisco.
También estacan en Marrakech las Tumbas de los Saadianos, que fueron destapadas y restauradas en 1917. En un jardín, se encuentran dos mausoleos de un diseño artístico del siglo XVI, donde descansan cuatro sultanes de la dinastía saadita y 62 familiares. Al aire libre y entre los arbustos de romero, se encuentran la tumbas de la servidumbre.
Con el estilo clásico morisco, en la sala de las doce columnas, se puede ver el sarcófago de mármol de Carrara del sultán Moulay Ahmed el Mansour.
Ménara, plantación de olivos por los almohades en el siglo XII, sobre 88 hectáreas, ofrece una panorámica bonita al sur de la ciudad nueva. En el lado sur del embalse almohade se encuentra una glorieta de diversión restaurada en 1870 con un tejado piramidal.
Con su elegancia reflejada en un recorrido por las calles, Marrakech, se ha convertido durante todo el año, en un lugar de estancia de personajes ricos y famosos de todo el mundo. Algunos tienen sus propios palacios y otros se quedan en hoteles de lujo, pero en cualquier caso, todos llegan atraídos por su especial elegancia oriental.
En un paseo por sus calles, se pueden apreciar palacios y villas, con bonitos tesoros, amplios patios y abundante vegetación. Una de las maravillas es el Museo Dar Si Said, arte popular, en la casa de Si Said, un visir de Hassan I. La residencia morisca se edificó en el siglo XIX. Tiene varias salas, que dan a un jardín interior, con numerosos objetos y con una decoración especial.
Hacia el sur de la zona antigua, nos encontramos con Aguedal, dominio real de 500 hectáreas de extensión, instalado por los almohades en el siglo XII y amurallado por Hassan I a finales del siglo XIX. Tiene una plantación de 30.000 olivos y 3.000 árboles cítricos. Desde allí se puede ver una panorámica del Atlas.
Son mucho los lugares de interés turístico de Marrakech. Una idea general de su posición nos la puede dar la Plaza de la Jemaa el Fna, que representa la plaza más original del África septentrional.
Causa una gran impresión a los visitantes, la transformación que ofrece el atardecer multicolor con una gran variedad de espectáculos: encantadores de serpientes, magos, pitonisas, lectores y curanderos entre otros. Ofrecen sus variedades de juegos a la manera magrebí y a cambio de una pequeña propina.
Allí se puede emplear todo el tiempo necesario, ya que hay de todo para comer y beber. Todas las atracciones llaman la atención y se pueden adquirir recuerdos originales en los diferentes puestos, para finalizar contemplando el entorno desde cualquiera de las terrazas en los cafés que rodean la plaza.
Valle de Ourika y Essauira
A pesar de que se hace un poco largo el recorrido hasta las cataratas, merece la pena llegar a la cascada. Se pueden apreciar los saltos de agua, después de atravesar el sendero que nos conduce a la catarata, con un salto de más de cien metros de altura, y una poza en el bajo donde se puede realizar un baño.
Es una ruta que contempla el paisaje y los pueblos bereberes alrededor del valle de Ourika y en la montaña, los más antiguos.
En la parada se puede degustar el encanto de la cocina tunecina, con el famoso Tajine, plato típico que preparan en uno de los albergues situados en las proximidades del lugar y que ofrecen precios módicos para las estancias.
Desde la capital, también es fácil hacer una excursión a Essauira. Un paisaje multicolor nos sorprenderá en nuestro camino, con parada en alguna de las aldeas, desde donde se puede iniciar el senderismo. Las panorámicas pueden ver los cultivos, zonas desérticas, con el encanto que rodea el interior de los pueblos por la tradición artesanal de sus variados mercados.
Essauira es una ciudad residencia de pintores, escultores, ebanistas, escritores, vidrieristas y centro concurrido de vacaciones en la playa.
Muy bien situada como ciudad y conservada como punto de referencia turístico, Essauira mantiene su muralla, bastiones y puerto. Es curiosa su medina, dos casbaschs y un mellah, judería. La artesanía de los pescadores sorprende y recuerda las vivencias antepasadas.
Datos de interés
Llegada
Desde las capitales europeas existen varios puntos de enlace con Marrakech. Varias compañías conectan en vuelos regulares y especiales durante la semana.
Requisitos de entrada
Pasaporte en vigor para estancias inferiores a tres meses. Si la llegada es en vehículo, se necesita estar en posesión del carnet de conducir internacional, además de la documentación del coche y la tarjeta verde internacional.
Hoteles
Hay una gran cantidad de hoteles de todas las categorías y albergues turísticos. Cabe destacar el lujoso Mamounia, situado entre los mejores hoteles de lujo del mundo.
Excursiones y transporte
Se pueden realizar varias excursiones y visitas guiadas que se pueden solicitar en los hoteles a través de los representantes de los operadores turísticos y en la Delegación de Turismo.
Clima
El invierno es suave y el verano caluroso. El otoño y la primavera serían las estaciones ideales para la visita. Es conveniente llevar ropa ligera para el día y de abrigo para las noches, en especial si se viaja entre noviembre y marzo.
Moneda
La unidad monetaria es el dirham, que no es convertible fuera de Marruecos y cuya exportación está prohibida. Los hoteles, bancos y grandes comercios aceptan las tarjetas de crédito más habituales.
Comidas
Se pueden destacar como platos típicos de la cocina marroquí, el méchoui, cordero entero asado lentamente a las brasas; el tajine, guiso de carne o de pescado con verduras que se sirve en el mismo recipiente en el que se prepara y que le da su nombre; el kefta, brochetas de carne picada y albóndigas; y la pastilla, finas capas de hojaldre rellenas de carne de pichón con condimentos.
Merece la pena probar los dulces marroquíes, exquisitas pastas con miel, almendras, nueces, dátiles y especias.