La rúcula, del género de las brasicáceas, crece en estado silvestre en gran parte de Europa y es pariente cercana de la mostaza. Se trata de una planta pequeña, con hojas alargadas y dentadas. La mayor parte de la rúcula que se comercializa es cultivada, pero las hojas de rúcula silvestre poseen más sustancias protectoras que los híbridos producidos en huertos. Dichas hojas son ricas en carotenos y una gran fuente de luteína y zeaxantina, que refuerzan la salud de los ojos y previenen las cataratas. Los índoles contenidos en la rúcula y otras brasicáseas se han asociado con la prevención del cáncer de colon. Las hojas también aportan folatos en abundancia, especialmente importantes durante el embarazo, porque protegen el feto, y calcio, para disfrutar de unos huesos y corazón sanos.
- Contiene carotenos que protegen del cáncer. - La luteína protege la salud de los ojos, obre todo en las personas mayores. Contiene índoles, que reducen el riesgo de cáncer de colon. Es una buena fuente de calcio, que ayuda a una mejor protección ósea.
¿Sabía qué?
La rúcula crece rápidamente y es ideal para plantarla en macetas y jardineras.
Valor nutritivo de 15 g de rúcula
Kcal 4
Grasas totales Inapreciables
Proteínas 0,4 g
Carbohidratos 0,5g
Fibra 0,2g
Vitamina C 2,3 mg
Folatos 15mcg
Potasio 55mg
Calcio 24mcg
Betacaroteno 214mcg
Zeaxantina/Luteína 533mcg