Cuando finalmente, en el verano del año 2020, se inauguró el Parador de la Costa da Morte, en el pueblo de Muxia,cercano al cabo Finisterra, quedó claro que era la mejor opción. El momento llegó cuando el legado Gandarias propietario de las obras llego a un acuerdo con Paradores para que pudiera integrarse en su colección.
Alguien definió al Parador, frente a la amplia playa de Lourido, como un balcón al fin del mundo, que nació como consecuencia de una catástrofe ecológica y terminó convirtiéndose en un referente de sostenibilidad .
Las tres piezas nos recordarán cada día que hay que evitar que algo similar vuelva a ocurrir: nunca más, y el propio Parador que el ser humano es capaz de superar todas las pruebas a las que las circunstancias o la propia actuación de otros seres humanos a las que tiene que enfrentarse. Hoy la Costa da Morte es un lugar mejor que antes de la tragedia .
La prueba de la importancia de la integración de las pinturas en el edificio para el que estaban predestinadas es la presencia en el acto de entrega de la presidenta de Paradores Raquel Sánchez y del ex presidente del Parlamento Europeo Enrique Barón, viudo de Sofía Gandarias, expresidente del Parlamento europeo. Ambos son ex ministros del gobierno español