Se trata de una exposición nacional, a la que se presentaron 118 obras, de las que 60 ha sido seleccionadas por un jurado compuesto por Charles Villeneuve, Lola Chamero, Manuel Alpañés, Pedro Sanz, Pablo Reviriego, Isabel Sanjuán, J. Antonio Espinosa de los Monteros y J. Ignacio Velasco.
Entre los acuarelistas que exponen se encuentran: Soledad Fernández, Antonio de Ávila, Ana Muñoz, Miguel Recuero, Olegario Úbeda, Vera Callejo, Jesús Lozano Saorín, Luis Cámara, Eva González… La mayoría de las acuarelas son figurativas.
La inauguración estuvo muy concurrida de asistentes entre los que se encontraban Mayte Spínola, Lola Rodríguez de Casanova, Lola Gallardo, Adriana Zapísek, Pedrero, Mercedes Ballesteros Rodríguez…
Historia del papel y la acuarela
La crítica de arte Julia Sáez-Angulo escribe en el catálogo de la exposición:
“Cabría decir que la Historia de la Acuarela va unida a la invención del papel y por tanto hemos de remitirnos a la China entre los años 77 y 110 después de Cristo, cuando mandaba el emperador He de la dinastía Han Oriental. Su invención se atribuye al eunuco Cai Lun, que supo ofrecer a la humanidad un soporte maravilloso para la escritura, el dibujo y… la acuarela, superando al papiro y al pergamino. La resistencia del papel en el tiempo es tan maravillosa que, bien conservado, todavía se permanecen papeles pintados con casi dos mil años de historia.
El papel como soporte del arte de la transparencia ha ido mejorando a lo largo de los siglos, en gramaje y granulado, en paralelo a la obtención de colores y matices en el pigmento como el azul ultramar, el amarillo de cadmio, el violeta de cobalto, el blanco de zinc, la Viridiana o la aureolina…
Desde el Extremo Oriente -también Japón con sus acuarelas monocromas en negro o sepia-, pasó al Oriente Medio -se expandió muy bien en Egipto-, y los árabes trajeron el papel a España. De la península se irradió a Italia, Francia y Alemania, con firmas tan acendradas y conocidas como Fabriano o Arches, en el alto Medioevo y en el Renacimiento respectivamente. Todos están de acuerdo en que el antecedente de la acuarela fue el fresco, en lo que tiene de pintura al agua, de aplicación y secado inmediato en paredes y muros.
En Occidente, fue Alberto Durero (1471-1528) el pintor que más y mejor desarrolló la acuarela, la pintura al agua, que adhería el pigmento diluido con una capa de goma arábiga, glicerina o miel. Viajar a Viena y visitar la célebre “Liebre” de Durero en el Museo conocido como la Albertina, es un rito obligado de todo viajero. Si bien se conoce que el célebre pintor Rafael Sanzio fue el primer artista europeo en utilizar la acuarela en grandes bocetos para su pintura, se considera a Durero como el patriarca de la acuarela en Europa, al que habrían de seguir otros nombres grandes como Gainsbourgh, Anton van Dyck, Constable, Turner, Hunt, Fortuny…
La acuarela hizo fortuna en la Historia del Arte, por cuanto se apreció y se instaló en las cortes reales, amén de en las sociedades, que fueron creando asociaciones, agrupaciones, escuelas o institutos de acuarela, en cada una de las regiones o territorios de los distintos países. Fue sobre todo en el siglo XIX, cuando la afición por la acuarela se afincó en distintos países.
Los nombres que han dado gloria a la acuarela por su buen saber hacer en nuestra piel de toro, han sido también muchos, entre ellos, además del gran Mariano Fortuny Marsal (1834-1874), sus seguidores como Martín Rico, Marsal, José Jiménez Aranda, José Tapiró, José Villegas, Francisco Pradilla, Ramón de Errazu… El orientalismo en la pintura marcó la estética de este tiempo. Y los grandes nombres siguieron con los de Madrazo, Agrasot, Villegas, Rosales, Ferrant, Casto Plasencia, Domingo Marqués, Esplandíu, Penagos, Sáenz de Tejada, Eduardo Vicente…
Después de un brillante periodo en el XIX, la acuarela en España siguió vigente con brío en el XX y sigue en el XXI, al calor de las Agrupaciones en todo el país, que estimularon y granaron en nombres de prestigio como Julio Quesada, Rafael Requena, Lamadrid…
La Agrupación Española de Acuarelistas, AEDA, que celebra su 78 aniversario, ha contribuido notablemente a la docencia de la acuarela y exposición de quienes la cultivan, incluso con bienales internacionales. Cabe recordar, por justicia, nombres que la han dirigido como el catedrático Esteve Botey, Jaime Galdeano, Ricardo de Arce o el actual, Manuel Alpañés.
De la acuarela nunca se hablará bastante. Esta exposición en la Casa de Vacas, con 60 obras de gran formato, están seleccionadas por jurado exigente, de las 119 presentadas. Solo cabe disfrutar del arte de la acuarela”.