A lo largo de más de 34.000 páginas que escribió expresó, con una jerga filosófica muy precisa y bella, infinidad de cuestiones y plasmó su propio sistema filosófico durante un proceso que duró muchos años. Zubiri nació en 1898 en San Sebastián y falleció en Madrid en 1983. Su libro Filosofía primera Volumen I (1952-1953) es una magnífica obra de 689 páginas de texto. En la misma están reunidas las 35 lecciones de un extenso curso que Zubiri dictó entre octubre de 1952 y junio de 1953.
En la introducción del libro Zubiri insiste en el valor de la filosofía, aunque está al tanto de lo que se piensa en ese momento sobre la función del saber filosófico. Para él no es simplemente una generalización más o menos erudita del contenido de los saberes positivos. Es mucho más.
En realidad, la filosofía es la actividad crítica y analítica de intelecto sentiente, que se aplica al conocimiento de lo real en toda su amplitud y diversidad. La ciencia es filosófica en muchos sentidos. Por ejemplo, si pensamos en los virus podemos suponer que son moléculas u organismos vivientes. Todo depende de las categorizaciones y análisis que se empleen para caracterizarlos y también de los juicios que se utilicen.
En este libro que estoy reseñando Zubiri dialoga con grandes filósofos clásicos como son: Aristóteles, Descartes, Kant, Husserl y Heidegger. También aparece en esta obra de este pensador español el primer análisis sistemático de lo que entiende por inteligencia sentiente. Los tratados de Zubiri ya publicados son 30 hasta el momento.
Este pensador vasco, que vivió muchos años en Madrid, consideraba ya a principios de la década de los años 50 del siglo XX que el mundo está viviendo en una inmensa turbulencia que se ha acrecentado, diría yo, hasta límites increíbles a la altura del año 2021.
De todas formas, es cierto que nos resta el profundo deseo de verdad en todos los ámbitos de la vida y del conocimiento. Algo también reconocido por Zubiri.
A diferencia de los animales irracionales los seres humanos, por medio de nuestra inteligencia que está inserta en lo real, somos capaces de captar o aprehender más cantidad de aspectos de las cosas, a través de la intelección de significaciones más ricas de la estructura de la realidad en la que estamos.
Se comprende que Zubiri escriba que «Ningún juicio podría darse, ni verdadero ni falso, si previamente a la función de juzgar el hombre no tuviese un enfrentamiento primario con las cosas en forma de realidad». En este sentido, es evidente que desde la noología zubiriana la inteligencia es experiencia de realidad.
Por tanto, la experiencia sensible es lo primordial. Indudablemente, Zubiri sabe perfectamente que las funciones cognitivas relativas a la capacidad judicativa, analítica y argumentativa son fundamentales en el conocer humano, pero partiendo de la aprehensión de la realidad sensible.
La impresión de las cosas que percibimos a través de los sentidos son la materia del conocimiento y esto no debe olvidarse nunca. Se entiende que su filosofía sea definida como un realismo radical frente a cualquier clase de idealismo.
Para Zubiri no existe un dualismo ontológico como el propuesto por Platón. El mundo inteligible y el sensible son uno solo, en realidad. Y además sentir e inteligir están unidos y no conforman dos realidades separadas. Ya que como escribe Zubiri «Todo sentir humano es, pues, intelectivo, porque inteligir es simplemente versión a la realidad».
La metafísica intramundana de Zubiri y su trilogía sobre la inteligencia sentiente componen una filosofía abierta a nuevos desarrollos, desde las conclusiones y los planteamientos explicitados por este filósofo.
En él se nota la pasión por filosofar, que es lo que impulsa a crear una vida más intensa y satisfactoria, en todos los aspectos imaginables. Es la aventura de la filosofía que es la misma que la de la propia vida en toda su complejidad.
La bibliografía sobre Zubiri y sus obras es inmensa. La actividad que desarrolla la Fundación Xavier Zubiri de Madrid difundiendo su filosofía e impartiendo cursos es extraordinaria. Se han publicado muchas tesis doctorales y artículos sobre el sistema zubiriano. Mi tesis doctoral sobre la filosofía de Zubiri se titula Esencia y transcendentalidad en el realismo de Zubiri y tiene una extensión de 603 páginas.