03JUN21 – MADRID.- Aromático, fresco, complejo y longevo,
Finca Casa Julia 2020 tuvo un meticuloso proceso de vinificación como es tradición en la bodega de
Requena. Una extremada medición de temperatura, y tiempo, para que el mosto fermentara en barricas nuevas de roble de 400 litros, con posterior crianza en depósitos esféricos de cemento en contacto con sus propias lías, que nos recuerdan técnicas de vinificación ancestrales.
Bien es cierto que la posición geográfica H.S. en Requena, y debido al cambio climático, juega a favor de la singularidad del albariño mediterráneo Finca Casa Julia. De nuevo, el enólogo Pablo Ossorio ha vuelto a romper prejuicios investigando con la uva de albariño, como hace una década ya hizo con la variedad pinot noir; siendo H.S. a día de hoy, la bodega española de referencia, con vinos tranquilos y cavas elaborados con la uva tinta francesa.
La apuesta del enólogo leonés, adaptando al terroir de Hispano Suizas un albariño de baja producción ha sido todo un acierto. Este varietal que ya conocía de sobra por su anterior experiencia elaboradora con la variedad autóctona de la costa gallega, es una de las uvas blancas más celebradas en el mercado internacional por su singularidad incomparable. El viñedo de albariño se plantó a unos 750 metros de altitud, en la meseta de Requena que se beneficia de las influencias atlánticas, y sobre todo, de un Mediterráneo tan próximo. Pablo Ossorio, al igual que su socio en H.S. Rafa Navarro, tuvieron la intuición que con la uva de albariño se podrían hacer grandes vinos blancos en Valencia: “Estamos convencidos que acertamos con nuestro proyecto; y ha merecido la pena todo el tiempo de investigación y esfuerzo invertido en hacer este blanco de guarda”.
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