Éste grupo, que tiene por norma reunirse los segundos jueves de cada mes, acostumbra llevar a cabo una actividad cultural y, posteriormente, disfrutar de la gastronomía en diversos lugares de Cantabria.
El conferenciante comentó abordando la evolución de los buques en cuanto a sus características y multipropósito, pasando con el tiempo a ser buques especializados en ciertos tráficos.
La carrera hacia el gigantismo y las graves consecuencias que tiene un accidente de estos grandes buques para el medio ambiente, la carga como factor de riesgo, y otros factores que afectan a la seguridad de los buques, internos y externos, fueron otros puntos tratados, junto con los efectos de los derrames de hidrocarburos en la cadena trófica o alimenticia de los mares.
Explicó Antonio Cuesta Fernández que los grandes siniestro marítimos como el del Titánic y el petrolero Torrey Canyon dieron lugar al nacimiento de la OMI (Organización Marítima Mundial) así como a la Universidad Marítima Mundial de Malco.
“En contra lo que podamos pensar, los derrames por siniestro de buques petroleros a nivel mundial suponen solo el cinco por ciento del total causado por otras fuentes”, aseguró, mientras habló de la bioingeniería, del diseño, formación, equipos y sistema de recogida de hidrocarburos y de la lucha contra incendios. Igualmente abordó los medios y sistemas de salvamento.
Los efectos del petróleo sobre humanos, peces, aves, mamíferos marinos y otros mamíferos que forman parte de la cadena alimenticia fueron enumerados, junto con los graves problemas económicos para poblaciones turísticas, la pesca industrial, la acuicultura, y los deportes náuticos.
Otros daños producidos en la atmósfera a causa del humo de la combustión de petróleo derramado y de escapes de combustión de máquinas con altas concentraciones de azufre, fueron explicados por el ex jefe de Prácticos del Puerto de Santander.