La mayoría de vuelos domésticos fueron cancelados y las tiendas bajaron la persiana con motivo de un toque de queda de 14 horas, con el que el gobierno quiere probar las capacidades del país para combatir la pandemia.
Las calles de Nueva Delhi, y de Bombay, la capital financiera del país, en general atestadas de gente, estaban desiertas tras la instauración del toque de queda, que entró en vigor a las 07:30 a.m. hora local de este domingo (03.00 A.M, hora local de España peninsular)
También se prohibieron vuelos procedentes del extranjero.
El confinamiento no es obligatorio, pero el primer ministro, Narendra Modi, instó a los 1.300 millones de habitantes del país que colaboraran con las autoridades de cara al reto que el país podría tener que enfrentar.
“Pongan de su parte para que todos participemos en este toque de queda, que aportará un tremendo apoyo para combatir la amenaza del COVID-19”, tuiteó Modi.
"Quédense en casa y manténganse sanos", agregó.
egún Lav Agarwal, funcionario del ministerio de Salud, el gobierno estaría buscando "unidad en el aislamiento".
El toque de queda -que muchos interpretaron como un ensayo de cara a un confinamiento más duradero- fue ordenado después de que el país confirmara 320 casos de COVID-19 y cinco fallecidos.
Sin embargo, los expertos apuntan que la cifra podría ser mucho mayor, y que le número exacto de contagios no se conoce por la falta de test de diagnóstico.
A partir de ahora, toda persona que haya estado en contacto con algún caso positivo, tenga o no tenga síntomas, también será sometida a las pruebas.
Por su parte, la compañía ferroviaria india canceló todos sus servicios hasta el 31 de marzo, excepto los trenes de cercanías y los de mercancías; una medida que afectará a más de 20 millones de pasajeros diarios.
Asimismo, Modi pidió a la población que exprese su agradecimiento a los trabajadores del sector sanitario con aplausos y caceroladas de cinco minutos a las 5:00 p.m. hora local.