Significa pues, el reconocimiento, la aceptación y la integración de las propias heridas, de la propia vulnerabilidad y condición de finitud”.
San Camilo, experto en vulnerabilidad, se hace experto en la liturgia del encuentro y del servicio como obra de arte, expresión no solo del deber, sino también de la belleza y del gusto por cuidar.
La autora, después de leer diversas biografías sobre san Camilo de Lelis, entresacó una idea clave: Camilo no era un personaje inalcanzable, le veía completamente actual, con heridas actuales y con métodos sanadores adaptados a la mente de su tiempo, pero con un fondo resiliente, creativo y provocador que a Consuelo le gustaba, según señala el prologuista.
Consuelo Santamaría define así al personaje: “Hombre incomparablemente distinto a los demás, aventurero, viajero, bohemio, jugador, pero también un hombre que sabe comprometerse, que sabe comprometer a otros para luchar por el sentido de sus vidas, profundamente arriesgado e inquieto, cabezota y testarudo, maternal en su relación con los pobres, formador y sanador”.
El libro acoge los apartados: El personaje; Las heridas. Camilo herido. Su sanación. Un conclusión y una biografía completan el volumen. Interesante la vida de Camilo de Lelis, un santo italiano lleno de inteligencia y servicio a los demás, que pasa por el amor a Dios. En España permanece su huella en el trabajo solidario de sus seguidores.