El desarrollo tecnológico para expandir los conocimientos del espacio no frena, y Chile sigue siendo el anfitrión de las buenas nuevas. Y es que la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral — ESO, por sus siglas en inglés — firmará mañana un acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores para albergar el conjunto de telescopios de rayos gamma más grande del planeta en Chile.
Chile como “la nube” de la astronomía mundial
El proyecto, que forma parte del Conjunto de Telescopios Cherenkov (CTAO), tendrá lugar en el Observatorio Paranal a unos 130 kilómetros de Antofagasta y nace a raíz de un plan de colaboración científica firmado entre el Conicyt y el conglomerado internacional. Gracias a él se permitirá dar inicio a la construcción de 99 antenas en el desierto de Atacama, que con otros 19 ejemplares en el hemisferio norte, en La Palma de Islas Canarias, permitirán “tener acceso a todo el cielo”. 2025 es el año deadline del proyecto
“Este proyecto es único”, asegura a Emol el director gerente de CTAO, Federico Ferrini. “Será el observatorio más grande abierto a la comunidad científica, dedicada para la investigación con rayos gamma que nacen de los fenómenos más intensos del Universo”.
Sostiene además que “Será impresionante las posibilidades que tendremos con esta estructura, 20 veces más grande que la actual, la cual será capaz de apreciar fenómenos astrofísicos que por el momento no se han podido estudiar con tanto detalle”.
Será a través de esta tecnología, 10 veces más sensible que los telescopios existentes, que se podrá estudiar fenómenos del Universo extremo con una precisión sin precedentes. Entre ellos, se podrá explorar la vecindad de agujeros negros, el vacío cósmico, los remanentes del Big-Bang y el rol que cumplen las partículas cósmicas relativistas. A medida que se estudia la naturaleza de esta materia y las fuerzas más allá del Modelo Estándar, esto podría incluso llevar a una física completamente nueva. “Será capaz de apreciar fenómenos astrofísicos que por el momento no se han podido estudiar con tanto detalle” Federico Ferrini, director gerente de CTAO.
Según cuenta Ferrini, los actuales sistemas de rayos gamma consisten en unos pocos instrumentos individuales y se diferencian del Observatorio ALMA— que en junio de 2014 recibió la instalación de las 66 antenas de su planificación inicial — porque buscan un intervalo de frecuencia completamente diferentes. En sus palabras, uno buscará de un lado de la radiación visible y uno del otro. 1.400 científicos participan de su desarrollo.
Observatorio ALMA
“En ALMA – Atacama Large Milimeter Array- van a ver lo que se llama la radiación submilimétrica con energía mucho menor que la energía típica de la radiación óptica visible. Nosotros vamos a buscar una visión mucho más energética que la radiación visible”, adelanta Ferrini.
Entre las condiciones que reza el acuerdo se especifica la reserva exclusiva del 10% del tiempo de observación para investigaciones de científicos chilenos. Asimismo, la Conicyt contará con participación en diversos comité, recibirá un aporte anual por parte de la CTAO, el cual se destinará a un fondo chileno para el desarrollo relacionado con la astronomía y al gobierno regional de Antofagasta.
Por José Manuel Vilches, EMOL
(*) www.ablturismo.com