Ante una gran expectación mediática y con tono contundente, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, negó este miércoles ante el tribunal que juzga el caso de corrupción conocido como "trama Gürtel" haber tenido conocimiento de una posible "caja B" y de sobresueldos en su formación, el conservador Partido Popular (PP).
"Jamás me había ocupado de ninguna cuestión de contabilidad", dijo en su declaración como testigo en la Audiencia Nacional, en Madrid, en la que durante casi dos horas reiteró una y otra vez que su responsabilidad en el partido era exclusivamente "política", señaló DPA.
El presidente del Gobierno, el primero en activo que testifica en España en un juicio de un caso de corrupción, aseguró también que "jamás" hubo sobresueldos en negro en el PP, como apuntó uno de los acusados en el caso, el ex tesorero del partido Luis Bárcenas.
"Es absolutamente falso", aseguró. Preguntado por la acusación particular si tenía conocimiento sobre "aportaciones en efectivo" al partido por parte de empresas, el mandatario insistió en que no lo sabía porque nunca se ocupó de asuntos económicos.
El llamado "caso Gürtel" -que toma su nombre del apellido en alemán del principal acusado, Francisco Correa- gira en torno a supuestas irregularidades cometidas entre 1999 y 2005 por una red empresarial que presuntamente recibió a cambio de dinero contratos a dedo de administraciones gobernadas por el PP.
El escándalo, uno de los más importantes en las últimas décadas en España, se convirtió en un quebradero de cabeza para Rajoy desde que se puso al frente del Gobierno, en 2011, hasta el punto de que llegó a admitir que la corrupción fue lo que dañó a su partido.
El mandatario fue llamado a declarar como testigo porque en el momento de los hechos investigados era vicesecretario general del PP y dirigió campañas electorales bajo el mando del entonces máximo responsable del partido, el ex jefe del Gobierno José María Aznar.
Situado en un estrado junto al tribunal en vez de hacerlo frente a sus miembros y delante del banquillo de los acusados como es habitual en el caso de los testigos, respondió a las preguntas de los abogados sobre la financiación de campañas electorales, supuestas reuniones entre miembros del PP y los presuntos cabecillas de la trama y sobre su propia relación con éstos.
"Yo no tenía ninguna relación con (Francisco) Correa. Yo era y soy un político", dijo en alusión al supuesto jefe de la "trama Gürtel". Además, el jefe del Gobierno aseguró que fue él mismo quien dio la orden de dejar de trabajar con el empresario después de que saltaran las primeras sospechas sobre sus actividades.
El mandatario español, de 62 años, negó también haber ayudado al ex tesorero del PP Luis Bárcenas cuando salió a la luz información sobre sus supuestas cuentas en Suiza. "Uno manda muchos mensajes, pero no hice absolutamente nada. No le llamé", zanjó al ser preguntado sobre el famoso y polémico mensaje telefónico en el que instaba al ex contable de su partido a ser "fuerte".
Durante toda su comparecencia, Rajoy insistió en que sus responsabilidade en el PP eran solo "de tipo político". "¿Y la parte económica no la conocía?", le preguntó la acusación. "En absoluto", contestó el mandatario. "La última vez que dirigí una campaña electoral fue hace 17 años largos", añadió.
Rajoy llegó a la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares, en Madrid, entre un gran despliegue policial y ante una gran expectación mediática. Accedió al edificio en un vehículo por una puerta lateral, lo que impidió a la prensa tomarle imágenes y a los manifestantes que protestaron ante el edificio abuchearlo.
Ya en la sala de vistas, se acercó con paso firme al estrado, desde donde contestó a las preguntas. En la sala no estaba ninguno de los principales acusados en el caso "Gürtel". Pese a que en un primer momento se anunció que acudiría el ex tesorero del PP Luis Bárcenas, a última hora se confirmó su ausencia y finamente solo se sentó en el banquillo uno de los 37 acusados, Guillermo Ortega, ex alcalde de la localidad de Majadahonda.
La imagen de Rajoy declarando ante el tribunal es ya histórica. Con el fin de evitarla, el mandatario solicitó hacerlo por videoconferencia, pero el tribunal desestimó sus argumentos y exigió su presencia física en la sede de la Audiencia Nacional.
El jefe del Gobierno fue recibido con aplausos en la sede central del PP, en Madrid, y se mostró "contento" tras su testificación.
"En el PP ha habido sus problemas y sus historias como las ha habido en otras fuerzas políticas, pero estamos decididos a combatir la corrupción, a ganar la batalla y para ello vamos a seguir siendo colaboradores fieles de la Justicia", dijo.
Por parte de la oposición, el socialista Pedro Sánchez pidió su dimisión inmediata. "La corrupción ya ha llegado a la Presidencia del Gobierno, degradando al máximo responsable del Estado español", dijo en una intervención pública.
"Entendemos que algunos pidan la dimisión, pero no van a dimitir. Para eso tenemos que ponernos de acuerdo y sacar adelante una moción de censura", dijo también el izquierdista Pablo Iglesias, líder de Podemos, en declaraciones al canal La Sexta.
Además del jefe del Ejecutivo, entre los 300 testigos del juicio hay importantes miembros del PP. El presidente del Senado español, Pío García-Escudero, declaró AYER después de Rajoy. Está previsto que el proceso, que arrancó en octubre, concluya en septiembre.