El pasado 30 de junio Bertita Zúniga Cáceres sufrió un intento de asesinato en pleno corazón de Honduras. Bertita viajaba en coche con otros dos activistas -Sotero Echavarría y Asunción Martínez– cuando apareció un vehículo a toda velocidad que les cortó el paso y, al estos emprender la huída, trató de detenerles por la fuerza y sacarlos de la vía para que cayeran al vacío. A bordo, cuatro hombres, tres de ellos armados con machetes. En la persecución lograron perder de vista a los atacantes y salir ilesos.
Primer aviso real de muerte para Bertita Zúniga, de 26 años, que decidió seguir los pasos de su madre, Berta Cáceres, la líder indígena y activista hondureña asesinada en su casa del municipio de La Esperanza en 2016. Antes de que la mataran, Berta Cáceres había recibido todo tipo de amenazas por su defensa implacable de los derechos indígenas y medioambientales de su país, amenazados por grandes multinacionales extranjeras y gobernantes corruptos. El ataque contra Bertita Zúniga llega apenas unas semanas después de ser nombrada nueva líder del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), la misma organización que dirigió su madre hasta el día de su muerte.
Zúniga Cáceres rompió su silencio desde La Esperanza, su localidad natal, en una entrevista realizada por Amy Goodman, periodista y directora de Democracy Now! (lea la versión íntegra aquí). “Sabemos que [este ataque] tiene que ver también con la conflictividad instalada nuevamente por el tema del agua, las fuentes de agua, y también el papel de la agencia USAID [agencia gubernamental de cooperación de EEUU], que está teniendo un papel importante en el conflicto suscitado en la comunidad y que dio lugar al ataque”. USAID tiene contratos con DESA, la empresa que construye la controvertira represa Agua Zarca, uno de los grandes objetivos de las campañas de denuncia de Berta Cáceres.
La construcción de Agua Zarca está detenida, pero los bancos y empresas que la promueven aún no han abandonado el proyecto. “El Banco Centroamericano para la Integración Económica, el Fondo de Desarrollo Holandés y el Fondo de Desarrollo Finlandés han anunciado sus intenciones de salir. Sin embargo, a más de un año, no han salido formalmente del proyecto hidroeléctrico y de su contrato con la empresa, y nosotros estamos exigiendo su salida inmediata y definitiva”, explicó Bertita Zúniga al medio estadounidense. “Estamos agotando las vías legales. Sin embargo, denunciamos la complicidad de la institucionalidad hondureña de no querer sancionar un proyecto que viola claramente los derechos humanos, los derechos de las comunidades indígenas lenca”.
En paralelo, no para de exigir una investigación independiente para dilucidar quién fue el autor intelectual del asesinato de su madre (ocho personas están detenidas como autores materiales del crimen). Las gestiones de esta activista han sido determinantes para que el congresista estadounidense Hank Johnson proponga una ley que, de ser aprobada, suspenderá la ayuda militar de Estados Unidos a Honduras hasta que el gobierno depure responsabilidades en el homicidio que costó la vida a su madre. En 2016 la Casa Blanca destinó 750 millones de dólares de ayuda militar al ‘Triángulo Norte’, compuesto por Honduras, El Salvador y Guatemala.
“Sabemos que mientras la impunidad en este país no sea sancionada con acciones contundentes, las acciones de amenaza, hostigamiento e incluso asesinatos van a seguir sucediendo, y bueno, nosotros tampoco queremos ser víctimas y que finalmente solo nos queden los lamentos”, explicó Bertita Zúniga a Democracy Now!.
Al final de la entrevista, Amy Goodman pregunta a Bertita qué la hace tan valiente. “Nacimos en un pueblo de gran dignidad, muy valiente, y también las enseñanzas de mi mamá, Berta Cáceres, tienen que ver con cultivar una raíces de principios para luchar por cambiar la situación de nuestras comunidades y también de nuestro país”, contestó.
La activista también lanzó un mensaje para quienes perpetraron el ataque que pudo haberle costado la vida: “Vamos a continuar en la lucha”.
José Bautista
La Marea
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