Primero, en el momento de la negociación de Lan Chile para volar en la Argentina, a comienzos del 2005, la Secretaría de Transporte no disponía de nuevas audiencia para el pedido de rutas. Primer problema. Sin embargo, LAN se acomodó para lograr volar sin necesidad de discutir con el Gobierno la asignación de vuelos.
LAN -en ese momento controlada por las familias Cueto, Piñera (el actual presidente chileno) e Hirmas- compró Aero2000, una empresa que tenía rutas asignadas pero no tenía aviones. Se trataba de una empresa formada por ex gerentes de la desaparecida Dinar y que era considerada como una “aerolínea de papel”.
El Gobierno permitió la compra y LAN resolvió su primer problema. El segundo inconveniente era resolver el asunto societario de una manera que le permita responder a las leyes argentinas. Ahí llegó otro acuerdo con el Gobierno. LAN constituyó que inversionistas locales tengan el 51% de las acciones tal como exige la Ley Aeronáutica para operar vuelos de cabotaje.
Los “accionistas locales” terminaron siendo los propios abogados de la empresa, Jorge Pérez Alati y Manuel Benitez, con dos millones de dólares. Luego de varias idas y vueltas, y al final de su mandato, fue el ex presidente Néstor Kirchner el que le permitió a LAN lograr que la casa matriz chilena ingrese a la sociedad argentina como controlante. ¿Cómo? Mediante un decreto, Kirchner modificó el Código Aeronáutico y devolvió una cláusula ejecutada por Domingo Cavallo que asegura que las personas físicas o jurídicas no tienen necesidad de tener mayoría local en el directorio para operar vuelos de cabotaje. Pese a estar enfrentados, Ricardo Cirielli y Ricardo Jaime fueron los principales negociadores de la llegada de LAN a la Argentina. Ahora, con los mails de Manuel Vázquez, no quedan dudas.