L’Osservatore Romano, por su parte, es la voz impresa del Vaticano desde 1861. No sólo informa sobre las actividades del Papa, sino que difunde la posición oficial de la Iglesia en temas de actualidad mundial y en numerosos idiomas en su versión digital.
Vian conoce a fondo los mecanismos internos del Vaticano. Ha estado toda su vida profesional vinculado a sus centros de poder, tanto académicos como informativos. Su escritura está impregnada del estilo característico de los periodistas italianos especializados en temas eclesiásticos: una combinación de precisión en momentos determinados, ambigüedad en otros y matices y referencias históricas, con un dominio notable del contexto doctrinal y político.
En El último Papa, Vian ofrece una reflexión sobre los retos del papado en el siglo XXI. El libro se estructura en tres partes. En la primera, analiza el papel del papado en la historia contemporánea. Examina cómo los pontífices recientes han tenido que adaptarse a un mundo en constante transformación.
La segunda parte se centra en los dos pontificados de las últimas décadas: el de Benedicto XVI y el de Francisco. Vian examina las diferencias y similitudes entre ambos. Benedicto XVI fue un teólogo , reservado, centrado en la defensa de la doctrina y el fortalecimiento de la identidad católica. Francisco, en cambio, ha sido un reformista , dispuesto a cambiar las formas y a descentralizar el poder eclesial. Vian considera que ambos han sido el último Papa de un mundo que ya no existe.
La clave está en el diagnóstico compartido: la necesidad de adaptación a un mundo secularizado, fragmentado y sin confianza en las instituciones. Pero cada uno ha respondido a ese reto de manera distinta. Vian no toma partido, sino que muestra cómo ambas personalidades, tan diferentes, han influido en el curso de la Iglesia. Ratzinger heredó el legado de Juan Pablo II con la intención de preservarlo. Bergoglio llegó con el impulso de transformarlo.
En este análisis ocupa un lugar especial la psicología de los papas. Vian dedica varias páginas a explicar cómo la personalidad de cada pontífice influye en su gobierno y en la huella que deja. No es lo mismo un Papa académico que uno pastoral, ni un introvertido que un líder popular. La historia reciente de la Iglesia está marcada por estas diferencias.
La tercera parte del libro se adentra en el futuro del papado. Vian se pregunta quién será el próximo Papa y, sobre todo, cómo será. Examina las tendencias recientes en el Colegio Cardenalicio, el órgano encargado de elegir al nuevo pontífice. Francisco ha modificado profundamente su composición, nombrando cardenales de todos los continentes y priorizando criterios pastorales sobre trayectorias diplomáticas o académicas. Esta mundialización ha transformado la lógica de elección y de hecho la elección misma. León XIV no hubiera sido elegido sin esas reformas de Francisco.
Sin embargo, Vian también señala que los métodos de Francisco han sido autocráticos. Ha impulsado reformas necesarias, pero lo ha hecho con decisiones unilaterales . La marginación de la Secretaría de Estado, el órgano central de la burocracia vaticana, a cuyo frente estaba el cardenal Parolin es la muestra más clara. Durante más de medio siglo, esta oficina fue el corazón del gobierno eclesial. Bajo Francisco, ha perdido protagonismo y quizás Parolin , perdió también el papado que parecía tener al alcance de la mano.
El libro invita a una reflexión sobre el poder papal. ¿Debe seguir concentrado en una sola figura? ¿Es posible imaginar formas más colegiadas? ¿Qué equilibrio debe existir entre tradición y reforma? La Iglesia, afirma Vian, necesita repensar el modo en que se ejerce la autoridad. La figura del Papa sigue siendo central, pero su modo de actuar debe ajustarse a los nuevos tiempos.
Vian habla con la voz de alguien que ha vivido cerca del poder, pero también con la distancia crítica del académico. No hay juicios definitivos, pero sí señales claras. El futuro del papado dependerá de cómo se resuelva la tensión entre centralismo y apertura, entre autoridad doctrinal y diálogo pastoral.
El libro concluye con una serie de elucubraciones sobre el cónclave que se avecinaba. Vian no da nombres, pero perfila tipos: un Papa de Asia o África, alguien con experiencia pastoral y visión global. Lo que importa no es tanto la persona como el modelo . Y ese modelo está hoy en redefinición.
El último Papa es un análisis sobre el presente y el porvenir del liderazgo católico. El lector sale con una visión más clara de cómo se ejerce el poder en la Iglesia, de cómo se elige a un Papa y de lo que está en juego en cada transición. En tiempos de incertidumbre, ofrece claves para entender hacia dónde puede ir la Iglesia católica en el siglo XXI.