Años atrás, en el PP presumían de que las autopistas radiales supondrían un "antes y un después" en el proceso de modernización y competitividad de España. El resultado han sido ocho autopistas en quiebra y en riesgo de liquidación, y que el Gobierno de Mariano Rajoy tendrá que rescatar.
Doce años han pasado entre ambas fotografías, en las que se apuntaba a los beneficios que traerían esas carreteras. Ahora, y tras años de tira y afloja, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, anunciaba el rescate de éstas, que ascenderá hasta a 5.500 millones, según la patronal de grandes constructoras, Seopan.
Para el recuerdo quedan las imágenes de altos cargos del PP del Ejecutivo nacional y autonómico inaugurando sonrientes estos "hitos" de la construcción. También algunas de sus frases, donde José María Aznar, Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz Gallardón o Francisco Álvarez Cascos defendían lo positivo de las nuevas autopistas de circunvalación.
Estas son las citas más sonadas dichas entonces:
"Un antes y un después"
Era el año 2004 y un sonriente José María Aznar, entonces presidente del Gobierno, inauguraba dos de las nuevas radiales de Madrid: la R-3 y la R-5. Las previsiones apuntaban a que estas autopistas de circunvalación ayudarían a descongestionar el abundante tráfico registrado en las principales vías de la capital. Posteriormente se comprobó que estas proyecciones estaban sobredimensionadas.
En palabras del propio Aznar, estas radiales iban a suponer un "antes y un después en el proceso de modernización y competitividad de España". También alardeaba de que los proyectos de infraestructuras del PP no son de los que "se pintan en un papel y, por falta de recursos, no se llevan adelante, sino que se hacen realidad".
En este sentido, destacó la resolución de su Gobierno de sacar adelante el proyecto, en el que se mantuvo el "equilibrio presupuestario y el déficit cero".
"Nuevo hito"
Un año antes, Aznar inauguraba la R-2, cuyas previsiones de tráfico rondaban los 30.000 vehículos diarios. Aunque las cifras de tránsito reales apenas han superado en la actualidad los 4.600.
Entonces, el expresidente del Gobierno calificaba la autopista de "nuevo hito" en el Plan de Infraestructuras 2000-2007. Una construcción que en aquellos años era posible, según Aznar, por la estabilidad económica que permitía cumplir "sin sobresaltos ni estrangulamientos" obras que se alargan muchos años.
"Es mejor tener una vía de alta capacidad que ninguna"
En los actos de inauguración de estas autopistas "del progreso" también se daba cita el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos. En una de las primeras inauguraciones, en el año 2002, llegó a asegurar que " es mucho mejor tener una vía de alta capacidad, llamada autopista de peaje, que no tener ninguna".
Además, también afirmó que estas autopistas de circunvalación iban a ser la "solución a los problemas de transporte en torno a Madrid".
"No nos vamos a detener aquí"
Seguros del éxito del proyecto, Cascos anunciaba en la ceremonia de apertura de la la R-3 y R-5 que "no se iban a detener aquí". Y para el caso concreto de Madrid anunciaban una nueva ristra de proyectos. Entre ellas: la adecuación de la vía entre la capital de España y Toledo, la R-1 o el cierre y soterramiento de la M-50.
"Muchas generaciones lo tendrán que valorar y agradecer"
El entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, era otro de los altos cargos del PP que se dejaba ver por estas inauguraciones. En el de la R-2, llegó a afirmar que esta autopista, como el resto de las inversiones de Madrid, suponía una "apuesta clara del Gobierno que muchas generaciones tendrán que valorar y agradecer".
"Vamos a salir ganando, se diga lo que se diga"
Esperanza Aguirre, entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, también fue otra de las dirigentes del PP en deshacerse en elogios con las autopistas de circunvalación. En respuesta a la oposición, que ya entonces criticaba el propósito de las obras, Aguirre defendía: "Vamos a salir todos ganando, se diga lo que se diga".
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