Mientras se suceden las apuestas entre los que creen que el referéndum del 4 de diciembre puede causar la salida del euro de su tercera mayor economía y los que confían en la tradicional capacidad del país para sobrevivir a sus crisis políticas, en Bruselas se respira una tensión sosegada, precisó Efe.
Pese al peso de Italia en la UE y la Eurozona, la sensación es que los socios han afrontado situaciones complicadas, como las causadas por consultas como la del griego Alexis Tsipras en 2015 al borde de un nuevo rescate o la que abrió la puerta en junio a la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
"Si gana el No, Italia no colapsaría. Jeroen Dijsselbloem ha sido el presidente del Eurogrupo ya durante casi cuatro años y desde el principio ha oído historias sobre desastres, que nunca se han cumplido", dijeron fuentes cercanas al dirigente de la Eurozona.
"La victoria del 'No' no daría paso a la salida de Italia del euro. Son todo especulaciones", aseguró Vincenzo Scarpetta, del centro de estudios Open Europe.
Silvia Merler, del centro de estudios Bruegel, señaló que en ese escenario sí que se verían reforzados los opositores del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la Liga Norte, que abogan por celebrar una consulta sobre la salida de Italia del euro, lo que llegado el caso podría convertirse en un tema de campaña electoral si la consulta lleva a Renzi a dimitir.
Aunque si Renzi resulta vencedor, en contra de lo pronosticado, Scarpetta auguró que le dará un "gran impulso" tanto en casa como en la UE y, como apuntó Merler, en un año en que las encuestas se han equivocado, la victoria del "No", aunque probable, "no es cosa hecha".
En el plano económico, más que el daño que una sacudida política podría infringir a la tímida recuperación italiana, lo que preocupa es el estado de la banca, en especial del centenario Monte dei Paschi di Siena.
"Monte dei Paschi es la gran cuestión, ya que se prevé su aumento de capital tras el referéndum y si se percibe que se eleva el riesgo de incertidumbre política en el país, los inversores podrían darse la vuelta", reflexionó Merler.
Pese a que el lunes el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, se negó a "especular" sobre estos escenarios, Bruselas sí ha querido mandar un mensaje tranquilizador.
"Estamos en contacto constante con las autoridades italianas. Se ha visto volatilidad en los mercados en varias ocasiones el año pasado, y las autoridades están preparadas para hacer frente a estas situaciones", afirmó este lunes el vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro, Valdis Dombrovskis.
Incluso si Renzi dimite, opción que Scarpetta ve probable, el experto cree que los acontecimientos estarán marcados por qué sucederá después del referendo.
"Por ejemplo un Gobierno técnico dirigido por (el actual ministro de Finanzas, Pier Carlo) Padoan tranquilizaría a los mercados. La victoria del 'No' no desencadenará el pánico. Los problemas de los bancos no son nuevos, de las reformas se tendrá que ocupar cualquier Gobierno", aseguró Scarpetta.
En el plano político, si el "No" se impone y hace caer a Renzi, se perdería a un primer ministro que ha sido dinamizador de la política comunitaria con su oposición a las políticas de austeridad y sus críticas a la falta de avances en cuestiones clave, como la crisis migratoria.