El Mar me parece más limpio que la Tierra. Me acompaña todas las noches invitándome a domar sus salvajes olas... enloquezco cada madrugada convirtiéndome en poeta. Adueñándose de mí empiezo a sentir soledad, disfrutando cada segundo hasta desmayar... agotado el sentimiento, avivada mi curiosidad, recordándome con furia mi necesidad de viajar "te reto a que me escuches y emprendas el vuelo ya". Escribo todo y nada... en la velocidad y en el reposo, en la pausa y en la prisa. El hombre anda perdido sin comprender por qué se queda amarrado a la Tierra, mintiéndose a si mismo a oscuras cada segundo... se acerca a la orilla y espera. Viajar es vestirse de loco, es renunciar a mucho; es la esencia de mi alma vieja
Un abrazo,
Maica Rivera
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