Hotel Hanga Roa en Isla de Pascua: La historia interminable.

Sin embargo el artículo publicado por El Mercurio es lo suficientemente esclarecedor del asunto y entonces, lejos de disminuir, el asombro por la situación (mirada desde Europa) no hace más que aumentar. Según se desprende del referido artículo y de otras publicaciones a las cuales es posible acceder a través de Google, este hotel, el que tiene el nombre más representativo de toda la idea que sugiere isla de Pascua, es de propiedad de la familia de empresarios Schiess y aquí viene la primera sorpresa: tenía la idea de que nadie podía ser dueño o propietario de terrenos en Isla de Pascua y, menos todavía si se era ajeno a la misma pero a la vista de los datos documentales, un no pascuense, un particular, sí puede ser propietario de terrenos en Isla de Pascua.

Por lo visto, la ocupación del hotel Hanga Roa, al estilo de las viejas "tomas" -frecuentes en el Chile pre-dictadura-, mantiene fuertemente confrontados a la familia Schiess actuales dueños del Hotel y de los terrenos donde se levanta este inmueble, con la familia pascuense de apellido Hito que reclama derechos ancestrales de propiedad sobre estos mismos terrenos. Al mismo tiempo, y según reclaman los intervinientes en esta disputa, el gobierno chileno simplemente, se ha lavado las manos desentendiéndose de esta disputa con el increíble argumento de que la misma, es un hecho a dirimir entre particulares o privados, que es el término que ha usado oficialmente el gobierno. ("Quiero dejar en claro que lo que ocurre en Hanga Roa es estrictamente un conflicto entre privados" subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla)

El conflicto no es menor ya que los propietarios del hotel afirman haber invertido hasta el momento, 50 millones de dólares en este proyecto y tampoco se trata de "empresarios de segunda" o de meros "emprendedores" por cuanto el cabeza visible de la familia, Christoph Schiess formó parte del grupo de empresarios que acompañó al presidente Piñera en su reciente gira a Europa, hecho que fue interpretado como la oportunidad ideal para que este empresario conversara el problema directamente con el presidente pero al parecer y a juzgar por el sigilo con que el gobierno está o estaría tratando el problema, nada de eso ocurrió y si sucedió, Piñera se ha desmarcado del asunto enviando con su ningún pronunciamiento, un claro mensaje de la complejidad del problema por cuanto hasta el momento, el gobierno no se "ha atrevido tomar cartas públicamente, en este asunto".

Desde Julio pasado, el Hotel Hanga Roa se encuentra en poder de un grupo de pascuenses perteneciente a la familia Hito y hasta el momento, no ha habido ninguna actuación policial ni se ha procedido a desalojar a los "okupas" como habría ocurrido en cualquier otro lugar del territorio nacional que tuviera obviamente, menos repercusión mediática ya que cuesta imaginarse por ejemplo, que habría sucedido si una familia de pobladores decide tomarse así por las buenas, el hotel Turismo de Antofagasta. Con seguridad, la fuerza pública los habría desalojado en el tiempo que tardara en llegar al lugar de los hechos pero, ¿Qué ocurre en Isla de Pascua? ¿Porqué esa benévola postura policial?...

El origen del conflicto
Aunque el gobierno chileno insista que este conflicto es un hecho entre "dos privados", los hechos reales son indesmentibles: el terreno que actualmente ocupa el complejo del Hotel Hanga Roa -le guste o no al gobierno-, lo cierto es que alguna vez, fue propiedad del estado chileno. Según datos de todos conocidos, en el año 1970, cuando Rapa Nui era apenas una remota posesión chilena en medio del océano sin todavía ninguna proyección internacional, la cabeza de familia del clan Hito, cedió el terreno al Fisco a cambio de una casa. Posteriormente, ese terreno fue traspasado a CORFO quien luego, lo vendió a un particular chileno de apellido Salas. Por su parte, los miembros de la familia Hito aseguran que ese terreno sólo fue cedido de manera temporal (20 años, vale decir hasta 1990) y en calidad de préstamo y no de cesión o entrega final. Esos terrenos fueron cedidos para la construcción de un hotel que ayudaría al entonces incipiente turismo a la isla y al desarrollo de sus habitantes. En palabras de la vocera de la familia, Marisol Hito, este acuerdo no se formalizó por escrito y fue un acuerdo verbal o de buna voluntad.

Posteriormente, en el año 1995 la familia de empresarios Schiess conjuntamente con Hotelera Panamericana compró el 95% de la sociedad inmobiliaria dueña del terreno y las instalaciones. Diez años más tarde accedieron al 5% restante. Desde entonces, este grupo empresarial dice haber invertido US$ 50 millones en el desarrollo de un hotel de lujo. Jeannette Schiess, quien lleva el control en este litigio afirma: "En el caso de esta toma, evidentemente las partes que deben llegar a un acuerdo son la familia que está haciendo el reclamo de sus tierras y el Estado de Chile".

La doble postura del gobierno chileno

El conflicto el Hotel Hanga Roa es más bien la parte más mediática de un problema que es tan antiguo como la pertenencia de la isla al estado chileno y no es en absoluto -como pudiera creerse-, un hecho aislado. Se enmarca de manera clara en una situación mucho mayor. En el pasado mes de julio, la noticia saltaba (discretamente), a los distintos medios de comunicación: en Isla de Pascua se estaban produciendo "tomas" de diferentes lugares por parte de familias pascuenses en lo que podría llamarse la eclosión de una situación larvada: reivindicar la propiedad ancestral de los terrenos de la Isla de Pascua, al tiempo que reclamaban mayor desarrollo para la región, limitación de la residencia para los chilenos "continentales" y otras aspiraciones menores. Espacios estratégicos como el aeropuerto, el Banco del Estado y otras oficinas de servicios, fueron invadidas por pascuenses consiguiendo visibilizar un problema que venía gestándose desde hacía muchos años.

Después de lo primeros años 70 y durante el fuerte desarrollo turístico de los años posteriores, parecía que este paquete de reivindicaciones había pasado al olvido pero lo cierto es que nunca ha desaparecido y ahora, no ha hecho más que salir definitivamente a la luz y en toda esta situación, lo ocurrido con el Hotel Hanga Roa es simplemente, la punta del iceberg

Desde el pasado julio, el gobierno ha formado comisiones, ha encargado estudios, ha intentado resolver esta situación por la vía administrativa y burocrática sin tomar en cuenta posiblemente, que la dimensión del problema es tal, que ya sólo es posible atacar esta situación con medidas acordes a la gravedad del conflicto y que aquí posiblemente, ya no valen arreglos "a la buena" y "para más adelante" tan propios de la idiosincrasia chilena.

En todo esto hay indudablemente, un tufillo a problema de los grandes y de tremendo dolor de cabeza para el gobierno ya que es evidente que no usa el mismo criterio que ha venido aplicando por ejemplo, con el tema de las reivindicaciones de los mapuche. Ya que mientras las "tomas" organizadas por estos han sido duramente reprimidas por la fuerza policial, el gobierno no ha dudado en aplicar la Ley antiterrorista contra ellos y encarcelar a las cabezas visibles del movimiento mapuche en clarísima contraposición con "la buena voluntad y tolerancia" que ha sido la constante mantenida por las autoridades frente a las "tomas" en la Isla de Pascua.

En el caso pascuense, el gobierno se declara asimismo, "atado de manos" para actuar. Según se dice, en agosto pasado, la responsable de la familia Schiess, Jeannette, sostuvo una reunión con autoridades de gobierno a quienes habría exigido de manera vehemente, la actuación de la fuerza pública para desalojar a los ocupantes del hotel, petición a la cual obviamente y a la vista de los hechos, el gobierno no accedió escudándose en el argumento de que esa determinación, era materia de los tribunales de justicia.

El problema en la isla

Como en todo, este conflicto y sus protagonistas tienen defensores y detractores. Hay quienes apoyan el proyecto de la familia Schiess y quienes no. También hay quienes están con los reclamantes, la familia Hito y quienes ven en su actuación, un interés meramente comercial pese a que los responsables del clan Hito han asegurado que su único interés, es recuperar los terrenos que les pertenecen y que no aceptarán otra compensación.

Entre los que apoyan a los dueños de Transoceánica se encuentra el ex alcalde y gobernador de la isla Pedro Edmund: "El Hotel Hanga Roa es un gran proyecto que se debe mantener como tal. Schiess no tiene ninguna culpa de lo que ha sucedido. El gobierno no ha tenido la visión para ver esto. Se ha hecho a un lado y no ha querido asumir su responsabilidad en este tema. Nos indigna que nos abandone", sostiene.

Pero no todos piensan igual. Algunos afirman que a diferencia de otros empresarios del continente con inversiones en Rapa Nui, Jeannette Schiess es vista como "una extranjera dura, que está en permanente pugna con la isla y que los desafía". Ciertas o no estas afirmaciones y dejando de lado los apoyos o desafectos que conciten cada una de las partes encontradas en este litigio, lo cierto es que las consecuencias que se deriven del problema total, es decir del paquete de reivindicaciones de los pascuenses a las autoridades de gobierno y de la manera como resuelvan éstas cada un de ellas, dependerá en gran medida el futuro del turismo, la principal actividad económica en Isla de pascua.

Para nadie es un misterio que una de las actividades más sensibles a los problemas internos de cualquier índole que puedan afectar a una región determinada, es el turismo. De ahí que sea comprensible en cierto modo, la ninguna repercusión mediática y continua que este problema tiene en la prensa generalista chilena. Excepción hecha de reportajes puntuales, lo cierto es que el "problema Rapa Nui" apenas tiene cabida en la prensa diaria.

En otras circunstancias y hasta hace apenas unos años, sin la cobertura de la prensa, este problema podría pasar inadvertido pero hoy con internet y las redes sociales, es prácticamente imposible minimizar cualquier hecho y máxime si es uno de la importancia que para el turismo y la imagen-país, tiene lo que sucede ahora mismo en Isla de Pascua. Desafortunadamente, construir una imagen turística puede llevar largos años. Destruirla puede ser cosa de días y por ello, sería deseable que cuanto antes, el gobierno chileno tomara cartas en el asunto consiguiendo una solución que dejara a lo menos, medianamente contentos a todas las partes. La importancia del futuro turístico de Isla de Pascua y de Chile en definitiva, así lo amerita.