Cuando comprobar precios vejatorios en las farmacias… se vuelve habitual.
Cuando el sentirse como verdadero ganado en el Metro… se vuelve habitual.
Cuando observar los destrozos causados en los estadios… se vuelve habitual.
Cuando el asalto a tiendas comerciales incluso con público… se vuelve habitual.
Cuando ver a los políticos gobernar para ellos y no para el país… se vuelve habitual.
Cuando saber que profesores son agredidos por sus alumnos… se vuelve habitual.
Cuando el robo a clientes y trabajadores de restaurantes… se vuelve habitual.
Cuando la destrucción de bienes públicos durante las marchas… se vuelve habitual.
Cuando el maltrato de encapuchados a carabineros… se vuelve habitual.
Cuando el robo y destrozo de incontables cajeros automáticos… se vuelve habitual.
Cuando exacerbar las noticias de violencia en la televisión… se vuelve habitual.
Cuando todo aquello ocurre… es cuando el temor y descontento ciudadano… se vuelve habitual.