Cuando era niña, le rezaba a Santa Rita --muy venerada en Sicilia-- pidiéndole que interviniera a su favor para que ella pudiera ser sacerdotisa.
Sin embargo, la Iglesia Católica Apostólica no tiene cabida para mujeres entre sus filas clericales, como declaró vigorosamente el Vaticano este verano, cuando decretó que el intento de ordenar a mujeres para el sacerdocio debe considerarse uno de los crímenes más graves en contra de la ley eclesiástica.
La travesía espiritual de Longhitano con el tiempo la llevó a la Vieja Iglesia Católica, denominación que se escindió mayormente a causa del tema de la infalibilidad papal. Estudió Teología en la Universidad de Catania.
El 22 de mayo, coincidiendo con el día de la fiesta de Santa Rita, Longhitano, de 35 años, fue ordenada sacerdotisa en una ceremonia efectuada en una iglesia anglicana, en Roma. Ahora es conocida como Madre Vittoria, y se está preparando para encabezar una congregación en Sabbioneta, Lombardía (aunque el mes pasado, celebró su primera misa en Sicilia, donde estaba de vacaciones).
Hay menos de 300 practicantes de los viejos católicos en Italia, según Fritz-Rene Mueler, el obispo radicado en Suiza que la ordenó. Pero, para los italianos que no están acostumbrados a ver mujeres con el hábito, la ordenación de Vittoria "tuvo gran eco; fue un pequeño terremoto'', dijo.
Reverberó con fuerza particular en contra de un telón de fondo de creciente insatisfacción --incluso en este país tradicionalmente católico-- con lo que mucha gente percibe como la respuesta insuficiente del Vaticano al escándalo mundial de pedofilia que envuelve al clero. Su ordenación, cubierta ampliamente por los medios noticiosos de Italia, al parecer presentó otro ejemplo de una sociedad cambiante que está en conflicto con el Vaticano y su visión del mundo.
"Fue una señal fuerte, una forma de abrir el camino'', dijo Vittoria. "Roma es el centro del cristianismo; pienso que les di una sensación de esperanza a otras hermanas católicas''.
Quizá, pero sus hermanas católicas tendrán que esperar a ver qué pasa.
En julio, el Vaticano hizo revisiones de leyes internas para incluir el intento de ordenación de mujeres entre sus "más graves delitos'', u ofensas, volviéndolo comparable a la herejía, apostasía y pedofilia. Desde el 2008, la ordenación de mujeres ha conllevado la pena de la excomunión, tanto para la mujer como para la persona que intente ordenarla.
Al equiparar la ordenación de mujeres con un delito similar a la pedofilia, la iglesia generó aullidos de indignación entre muchos católicos.
"Quizá quienes crearon ese documento están tramando algo'', escribieron el mes pasado dos catedráticos de la Universidad de Seattle --Fran Ferder, monja franciscana y psicóloga clínica, y John Heagle, sacerdote, psicoterapeuta y abogado canónigo-- en The National Catholic Reporter. "La negativa a permitirles a las mujeres que entren al santuario interno del poder eclesiástico bien pudiera relacionarse con el abuso sexual del clero, así como la impotencia para abordar este crimen de una forma realmente pastoral. ¿Es un crimen el intento de ordenar a una mujer, o el crimen real es la negativa a permitirlo?".
Erin Saiz Hanna, directora ejecutiva de la Conferencia de Ordenación de Mujeres, con sede en Washington, argumentó que la relegación de las sacerdotisas a las filas del ‘‘mayor crimen'' dejaba entrever que el Vaticano estaba a la defensiva "porque nuestro movimiento está creciendo''. Dijo que aproximadamente 100 mujeres se habían vuelto sacerdotisas católicas apostólicas desde que un grupo de siete mujeres fueron ordenadas en el 2002, en una ceremonia en el río Danubio, en Austria; aunque, claramente no son reconocidas por la iglesia.
En la época que se emitió el documento, el Arzobispo Donald Wuerel de Washington, el presidente del Comit’ de la Doctrina de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU, dijo: "Las mujeres ofrecen una sabiduía única, habilidades creativas y generosidad a mnos llenasen el corazón mismo de la Iglesia Católica''.
Sin embargo, agregó: "la Iglesia Católica sostiene, a través de su larga y constante enseñanza, que la ordenación ha estado reservada para los varones desde el principio, hecho que no puede ser modificado a pesar de los cambiantes tiempos''.
Vittoria dijo que ella, de hecho, se sentía optimista con respecto a los efectos del reciente pronunciamiento el Vaticano, y que creía que la prohibición sobre el sacerdocio podría, a final de cuentas, abrir el camino a las diáconas?, que tampoco está permitido en la Iglesia Católica. "El mundo está cambiando, y veo que hay cada vez más respaldo por la mujer'', manifestó.
Observadores del Vaticano se mostraron más dudosos. De hecho, el cierre de filas del Vaticano a las mujeres pudiera estar llevando a más gente a las puertas abiertas de la Vieja Iglesia Católica, apuntó Mueller.
"La gente se está acercando a nosotros, creo, debido a que somos una iglesia catlica libre, y no dependemos del centralismo del Vaticano'', indicó. Las iglesias italiana y suiza forman parte de la Unión de Utrecht, federación de iglesias del viejo catolicismo que estê en plena comunión con la Iglesia Anglicana. El claro puede contraer matrimonio y tener hijos.
Eso no equivale a decir que la Vieja Iglesia Católica no tuvo sus propios dolores del crecimiento con respecto a la admisión de mujeres en el clero. La primera mujer fue ordenada en Suiza, por ejemplo, en el 2000, tras "años de debate'', expresó, y algunas diócesis de viejos católicos --Polonia, para empezar-- aún no aceptan la ordenación de mujeres. "Las mujeres polacas no quieren, pero quizá lo hagan en unos pocos años'', dijo. Actualmente las mujeres representan aproximadamente 10 por ciento del clero en la Unión de Utrecht en Suiza y Alemania, agregó.
Debido a que Italia es predominantemente católica, también ha pasado prácticamente desapercibido que las mujeres italianas han asumido participaciones centrales en algunas religiones protestantes. La Pastora María Bonafede es la moderadora de la Iglesia Waldensiana, Alessandra Trotta fue elegida presidente de la Iglesia Metodista en Italia el año pasado, y Anna Maffei es la presidente de la cristiana Unión Bautista Evangélica de Italia.
Incluso Vittoria tiene una predecesora en la Vieja Iglesia Católica, la Madre Teodora Tosatti, quien fue ordenada en el 2006 en una ceremonia en Bonn, Alemania.
El documento emitido por el Vaticano durante el verano dejó en claro que se reservaba la excomunión para cualquiera involucrado en la ordenación de una mujer.
"Nosotros fuimos excomulgados en el 2008, pero lo rechazamos'', señaló Bridget Mary Meehan, portavoz de la organización católica apostólica de Sacerdotisas, quien fue ordenada sacerdotisa en el 2006 sin el consentimiento del Vaticano. "Lo que tiene importancia es que sigamos nuestra conciencia''.
Si (
No(
