Bull dog Candidato a Alcalde en Sicilia y Perra Callejera Fiel a Turista Italiano Estafado y Mendigo en Argentina por Indiferencia Oficial  

“Stefano” tiene cinco meses de edad y con corbata al cuello representa al “Partido de la Rabia ”; los muros de la ciudad están cubiertos de carteles con su foto pidiendo “voto al partido cuyo símbolo es la huella de la pata”. Según encuestas podría golpear duramente a los postulantes humanos.

Elegir a un Bull dog francés como candidato para las elecciones del 28 de octubre próximo en la ciudad de Agrigento (Girgenti en siciliano) me parece una decisión acertada. Merecen ser felicitados los que propusieron al simpático "alcalde" en señal de repudio contra la clase política que habría desencadenado fuerte crisis económica en el Distrito.

Sin pretender ofender investiduras ni sensibilidades, en Argentina se han convertido en moneda corriente los resonantes escándalos de trascendencia pública y las denuncias desde sectores importantes -pruebas mediante- contra innumerables hechos de corrupción en los más altos niveles (no generalizo), casos de desvíos de cifras multimillonarias de dinero para favorecer a amigos, difundir “obras de bien” nunca concretadas, aumento de los cordones de pobreza, enriquecimientos ilícitos (¿presuntos?), imparable inseguridad, abusos de autoridad e injusticias al por mayor responsabilidad de personajes intocables; asuntos que se suceden con impunidad desde hace décadas con folklóricos “sobreseimientos” rápidos -contrarios a derecho- de jueces  aparentemente obedientes al poder de turno, entonces en época de elecciones no habría que poner como candidato a un perro como alternativa válida, sino a un buitre para que se lleve grandes partidas de votos.

Triste Miseria y Final Feliz de un Napolitano en Argentina (Caso 2)

Rafael Napolitano vivía en Pompigliano D´arco, provincia de Nápoles (Italia), junto a su madre Carmela Toscano, era empleado de una fábrica de automóviles y mientras manejaba una prensa se amputó dedos de la mano izquierda y uno de la derecha; el Estado lo jubiló con 1.800 euros mensuales y una aseguradora de trabajo le habrÍa adelantado 130.000 euros, pero cayó en otra desgracia en el año 2003...  conoció en Nápoles a una presunta pedicura de Salta (Argentina) y se habría enamorado sin saber que ella alimentaba intenciones de la más baja moral. Con visa de turista aceptó la "invitación" de viajar a nuestro país para conocer a gente "hospitalaria" y de "comportamientos éticos".

Debido al desconocimiento del idioma y confiando en la "honradez" de su novia, hoy se arrepiente de haberle firmado un poder para cobrar su pensión por invalidez que le giraba el Gobierno italiano, lo que ella habría hecho hasta el año 2008. Pregunto tocando la guitarra de oreja: ¿con la trascendencia internacional del caso y sin que usen picardía para disfrazarlo y defender lo indefendible cubriendo apariencias, significa "mucho trabajo" para la justicia accionar de oficio, rastrear, detener y procesar a la delincuente?

El damnificado dijo que alquilaron una vivienda en el 2003 y las cosas comenzaron a cambiar porque la pedicura (profesional que no ubican porque no quieren) mostró en seguida su sucia esencia y, como viciosa del dinero ajeno, fue gastando la pensión del discapacitado apostando todo en el casino, sin entregarle ni para cigarrillos”  (declaró el hombre ante la prensa).

Para concretar la maniobra delictiva, la mujer le retuvo el pasaporte, después lo llevó a vivir a la casa de sus padres, que seguramente conocían las maniobras ilícitas de su hija en Salta, así llegó el año 2008 que el hombre tenía que viajar para “renovar su carpeta médica” a fin de seguir recibiendo la pensión por invalidez, pero como no tenía documentos y no sabía a quién recurrir, el dinero quedó trabado en Italia y la pedicura perdió la "gallina de los huevos de oro", lo que quedó confirmado el día que Rafael se quedó con lo puesto. Llegó al domicilio en vehículo de alquiler, encontró la puerta cerrada, timbró y  "ella lo atendió por una ventana" (sic), él pidió $ 8 para pagar el viaje y la mujer gritó (relata el damnificado) “no hay plata, si quiere mándelo en cana”, y el conductor -otro insensible en esta cadena de gente sin Dios- denunció al italiano que fue preso por $ 8 sin recordar cuántos días estuvo privado de la libertad (hechos abusivos muy comunes, especialmente en algunas ciudades del Norte argentino manejadas por caudillos donde la gente sin recursos tampoco posee derechos).

Al salir del encierro, Rafael fue a hablar con los padres y estos negaron conocer el paradero de la "profesional", pero una vecina le habría informado al desesperado italiano que "se había mudado en compañía de un hombre”.

Rafael Napolitano quedó en la calle sin documentos y sin dinero. En una oportunidad en el 2007 cuando vivía sin poder disponer de su pensión, se comunicó por teléfono con su madre quien prometió ocuparse en Italia de hacer ciertos trámites y como el hombre en el 2008 no tenía una dirección para recibir cartas perdió contacto, además no podía viajar en avión -lo que la madre le había ofrecido- porque su "novia" le había robado el pasaporte, así que se convirtió en rehén de un sistema de vergüenza, en residente ilegal durante cuatro años, durmiendo sobre cartones, revisando bolsas de basura y pidiendo comida puerta por puerta. Trabajo no le daban por los dedos faltantes en sus manos.

Un diario de Salta comentó el drama del turista estafado, es decir, que no podía bañarse, pasaba hambre y por las noches dormía en la puerta de la Iglesia Santa Cruz, lugar donde no lo querían y tampoco lo ayudaban. La mayoría de los habitantes de la ciudad y otras zonas sabían que había sido engañado por una novia que lo trajo a Argentina para quedarse con su pensión, reteniendo delictivamente su pasaporte y un poder firmado. Otro misterio es que los que negociaron varias veces con la noticia no lo ayudaron inmediatamente.  

Su esperanza  -expresó- era regresar algún día a Italia y estar junto a su madre sin volver a la Argentina. Cuando le preguntaron el nombre de la mujer que lo llevó a conocer la miseria (material y humana) no quiso decirlo, sólo respondió: “no le guardo rencor, eso ya pasó”.

Consuelo: dos perros de la calle fueron sus amigos inseparables, “Chiquitín” un macho y “Perla” una hembra de color oscuro y tamaño mediano. Rafael dijo a un equipo de periodistas, que "prefería quedarse sin comer antes que les faltara alimento a los nobles animales".

Sin temer a su aspecto descuidado, ropas sucias, visible desnutrición y larga barba, una vecina creyó en el mendigo y comenzó a ayudarlo (aparentemente estos últimos meses o semanas), luego tomó conocimiento el presidente del Comité para Italianos en el Extranjero quien se ocupó de activar su regreso a Italia. Le compraron un bolso, pantalón, camisa y otras prendas de vestir, lo enviaron a la peluquería donde lo afeitaron y cortaron el cabello, pudo bañarse como lo hacía antes y le consiguieron documentación; habló con su madre y le informó que regresaba a Italia porque le habían obsequiado un pasaje de avión, después en Morón (provincia de Buenos Aires), fue invitado a una fiesta organizada por la colectividad italiana, recibió dedicatorias, abrazos, aplausos y esta semana partió a Nápoles.

Rafael Napolitano no olvidó un solo momento a su perra “Perla” (“Chiquitín” tal vez tuvo otro destino) y pidió llevarla con él, de manera que sus compatriotas le prometieron ocuparse del fiel animal y enviarlo posteriormente a Italia. Reconoció que gracias a esa perra no perdió las ganas de vivir, el animal habría sido todo para él durante sus duros años en Argentina. “Perla” le dio cariño, compañía y la esperanza de volver a ser feliz. Así lo explicó públicamente antes de subir al avión.

Hay una historia triste que seguramente no se enteró el día de regreso a Italia  viendo brillar nuevamente el futuro...un indigente que había sido su amigo en la calle, conocido como “Yeti” o “Michi” moría de "bronco aspiración" mientras comía, seguramente de una bolsa de basura, por culpa de un Estado ausente (ver fotografía).

Es realidad que los políticos cuando alcanzan escritorios de poder (habría excepciones) dejan crecer los cordones de pobreza y arreglan todo con promesas y dobles discursos; resulta innegable el vacío legal para los despojados de sus derechos como seres humanos (aunque mientan con descaro esta verdad), la  marginación avanza a la par del hambre y mueren millares de ancianos y niños incesantemente porque no funcionarían los sistemas de salud; hombres como “Yeti” dejan para siempre este mundo en calles del país por la indiferencia de las autoridades y otros como Rafael son estafados por delincuentes impunes y obligados a vivir en la peor miseria sin que la justicia investigue a los que explotan a personas indefensas. En este perverso marco de situación, los hombres que viven en la pobreza y los que no son influyentes no cuentan, serían números tapados usados como papel higiénico, es decir, descartados después de votar.

Rafael Napolitano pudo salvarse del desamparo y hasta del encarcelamiento injusto (vivía de manera irregular como extranjero porque no tenía pasaporte), rescatado a tiempo por un grupo de italianos y descendientes, pero reconoce que su resistencia estuvo en el amor de una perrita que no pidió nada y estuvo a su lado en el frío y calor, en la lluvia y el viento, comiendo lo que conseguían del interior de bolsas de basura.

Los que obligadamente deberían atender a la gente sin techo mirarían para otro lado y tal vez distraen dinero de todos sin destinarlo a remediar problemas sociales, invirtiendo esos fondos (o gran parte) en propiedades personales, empresas familiares, etc. Conste: no generalizo, me baso en pruebas que están en las calles y paseos públicos, en numerosos informes de prensa prolijamente documentados y en los múltiples asentamientos de pobres que permanecen olvidados.

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Carlos Estrada  *ex periodista parlamentario, ex cronista especial de agencia de prensa, con muchos trabajos publicados en revistas jurídicas y de instituciones nacionales y provinciales, defensor de animales y periodista de investigación con trayectoria pública desde 1970.

Buenos Aires, Argentina, 19 de octubre de 2012.

Nota: las fotografías copiadas por el autor podrían tener defectos, pero no pierden valor como documentos probatorios.