www.euromundoglobal.com

PERU

Remanentes de Sendero Luminoso campan a sus anchas sembrando el terror en Perú

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Remanentes de Sendero Luminoso campan a sus anchas sembrando el terror en Perú

La selva central y el sur del Perú esconden grupos de terroristas, narcotraficantes, guerrilleros, narcoterroristas o remanentes de Sendero Luminoso. Los expertos no se ponen de acuerdo a la hora de calificar a un número indeterminado de personas que campan armados por esa parte del país.

En los últimos tiempos han protagonizado matanzas de campesinos y secuestros de trabajadores de empresas que operan en el lugar.

Esta zona se ha convertido en el principal productor de hoja de coca del mundo.

En la selva central y sur del Perú operan y se esconden terroristas, o subversivos, narcotraficantes, guerrilleros, narcoterroristas o remanentes de Sendero Luminoso, según quien se refiera a ellos. Ninguno de los calificativos anteriores define claramente a un número indeterminado pero importante de hombres, mujeres y niños fuertemente armados que se mueven con comodidad en las alturas y profundidades del Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE).

En estos 40.000 kilómetros cuadrados de selva alta y húmeda en el sureste del Perú, país que se ha convertido en el principal productor de hoja de coca del mundo, están las mejores plantaciones, las que rinden una mejor calidad y concentración de cocaína.

El grupo armado tiene autoridad y poder sobre una extensa región en la que el Estado peruano tiene una presencia mínimaEl pasado día 9, más de cincuenta hombres armados secuestraron durante seis días a 36 trabajadores de empresas contratistas de un consorcio internacional de gas y, perseguidos por la policía y por el Ejército, causaron a las fuerzas del Estado cuatro muertos, dos desaparecidos, diez heridos y casi derriban un helicóptero. Negociaron la liberación de los rehenes directamente con la empresa, no con el Estado, y dejaron tras de sí, casi como una rutina, un panfleto incoherente en el que se mezclaban anacrónicas proclamas maoístas con descalificaciones "antigringas".

Los expertos en la antigua lucha contra Sendero Luminoso, un conflicto que desde los años 80 hasta 2002 causó la muerte y la desaparición de casi 70.000 personas, la gran mayoría campesinos asesinados por los terroristas y por los militares, destacan lo difícil que es incluir el grupo armado en la vieja taxonomía política y militar.

El grupo lo dirigen, según todos los informes oficiales y periodísticos, el clan Quispe Palomino (cuatro hermanos, incluida una mujer) y un viejo experto en la guerrilla, "Alipio", todos ellos enemistados a muerte con el fundador de Sendero, Abimael Guzmán, y con el último líder histórico en ser detenido, "Artemio". El simple nombre de terroristas no los define: el último atentado contra civiles se produjo en 2002 (Surco, Lima, 10 muertos por coche bomba) y desde entonces se enfrentan solo a uniformados y en su territorio. Tampoco asesinan a autoridades locales contestatarias, como hacía en el Alto Huallaga, un territorio vecino, el grupo del "camarada Artemio", ahora detenido junto a Abimael Guzmán.

Por otra parte, el nombre de subversivos les queda grande: todas las fuentes afirman que el grupo armado del VRAE está "desideologizado" y ya no tiene ninguna intención, capacidad ni esperanza de modificar por las armas la política peruana. Los representantes de la vieja ideología maoísta de Guzmán están en las ciudades intentando sin éxito una amnistía para su líder y que a ellos los dejen inscribirse como partido político.

Una tercera opción, llamarles narcotraficantes, es un error y una simplificación, según los expertos en el mercado de la cocaína: si solo lo fueran, no se enfrentarían al ejército, no vivirían en chozas en mitad de la selva y se moverían entre Perú, Bolivia, Ecuador, Brasil y Colombia en avioneta.

Sin embargo, todos los expertos, los medios de comunicación y el Gobierno coinciden en que la relación entre los empobrecidos campesino que cultivan la de coca, los sofisticados narcotraficantes que la mueven y el "clan" militarizado de los Quispe Palomino que los protege a todos es muy estrecha y se necesitan unos a otros. Los cultivadores de coca se benefician de su presencia porque así no entran en su territorio, de forma efectiva, aunque si formal, ni el ejército ni la policía para erradicar las plantaciones.

Los narcotraficantes reciben la protección armada que necesitan para ellos y para los suministradores de los químicos precursores de la cocaína, entre ellos, el combustible que usan los helicópteros de las empresas, de la policía y del ejercito.

El grupo armado recibe, a su vez, la autoridad y el poder sobre una extensa región en la que el Estado peruano tiene una presencia mínima, cuando y donde la tiene.

Por ello, muchos periodistas y políticos peruanos admiten que la denominación habitual en la prensa de "narcoterrorismo" es un recurso para simplificar y facilitar la referencia a un fenómeno más complejo. Si no hay unanimidad en cómo llamar al grupo armado, sí la hay en que la relación entre este ejército privado de los Quispe Palomino y el hecho de que el Perú sea el mayor productor de coca puede llegar a ser un gran problema para ese país.

 

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (19)    No(0)

+
0 comentarios
Portada | Hemeroteca | Índice temático | Sitemap News | Búsquedas | [ RSS - XML ] | Política de privacidad y cookies | Aviso Legal
EURO MUNDO GLOBAL
C/ Piedras Vivas, 1 Bajo, 28692.Villafranca del Castillo, Madrid - España :: Tlf. 91 815 46 69 Contacto
EMGCibeles.net, Soluciones Web, Gestor de Contenidos, Especializados en medios de comunicación.EditMaker 7.8